Los colaboradores de Javier Duarte de Ochoa no sólo hundieron al ex gobernador, también a su esposa, Karime Macías.

El ex tesorero, Antonio Tarek Abdalá, señaló a la Procuraduría General de la República (PGR) que la mujer, en ocasiones, decidía a quién se daban los contratos públicos durante la administración de su esposo.

“Sabía que usaban empresas fantasmas y que era Karime Macías, quien en varias ocasiones decidía a quién darle los contratos públicos”, declaró Abdalá ante el ministerio.

El operador financiero de Duarte de Ochoa, José Juan Janeiro, no dudó en delatarla, ya que dijo que ella utilizó recursos del erario para beneficio propio.

Arturo Bermúdez Zurita, ex secretario de Seguridad Pública estatal, señaló que Karime, a veces acudía a las reuniones de gabinete en lugar de su esposo y daba instrucciones sobre cómo difundir las construcciones del gobierno de Veracruz.

Abdalá declaró que en 2010, durante una reunión en el departamento de la pareja en Polanco, Ciudad de México, la mujer lo invitó a trabajar con ella en el DIF estatal; dos años después, gracias a Duarte de Ochoa, se convirtió en tesorero de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan).

En la declaración jurada, señaló que Duarte de Ochoa le ordenaba por el teléfono rojo, utilizado para comunicaciones internas, qué transferencias hacer fuera de las cuentas concentradoras de recursos porque era más fácil perder el rastro de estos movimientos.

El ex tesorero también señaló la relación sentimental que mantenían Xóchitl Tress y Duarte de Ochoa y sabía que éste le compró dos terrenos, una camioneta y una casa.

Además de verse beneficiada por el ex gobernador, la declaración de Tress sirvió para sustentar la acusación en contra de éste por los delitos de lavado de dinero y asociación delictuosa.

Tress, quien fue directora del Instituto de Espacios Educativos durante la gestión de Duarte de Ochoa, señaló el mal manejo de recursos en este rubro, pues en 2014, 80 millones de pesos fueron depositados del Fondo de Aportaciones Múltiples a la Sefiplan para invertilos en escuelas, pero nunca se utilizaron en esto.

Además, señaló el manejo indebido de 50 millones del Fondo Regional (Fonregión), destinados a escuelas de nivel superior y que también fueron enviados a la Sefiplan.

En algún momento, señala la investigación de la PGR, Duarte de Ochoa instruyó a Abdalá a darle dinero para sus gastos personales, primero 100 mil y después 200 mil pesos.

La mujer conoció al ahora sentenciado en diciembre de 2013 y posteriormente este comenzó a mostrar interés en ella para que colaborara en su gobierno, para impulsar “su capital político”.

Tomado de El Heraldo de México/ Diana Martínez

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