Los servicios de inteligencia ucranianos sostienen que la “elite rusa planea matar a Vladimir Putin”, mientras que la alerta se mantiene activa sobre la seguridad del presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, y su gente, ante un posible ataque hacia ellos por parte de los rusos.
De este modo, matar a Putin ya no es solo una idea que circula en las redes o en algún entorno conspirativo. O un deseo, como el expresado el 3 de marzo por el ministro de Luxemburgo, Jean Asselborn, que, rompiendo un tabú, deseaba que el presidente ruso fuera “eliminado físicamente por una revuelta para detener la guerra”.
Los 007 ucranianos afirman que “en la élite rusa se está formando un grupo de personas contrarias a Putin que estarían considerando su fin” llegando a hipotéticas 3 posibles muertes: envenenamiento, enfermedad súbita, accidente.
Al mismo tiempo, confirmando los rumores ya difundidos, agregaron que los rusos están enviando otros grupos terroristas para eliminar a los líderes ucranianos: el presidente Volodimir Zelensky, el jefe de la Oficina del Presidente Andriy Yermak y el primer ministro Denys Shmygal.
Por supuesto, puede parecer curioso que la inteligencia ucraniana esté anunciando el plan para matar a Putin en Facebook, recogido de inmediato por las agencias de noticias ucranianas.
Pero dado que la guerra también se libra frente a las sospechas amplificadas por las redes sociales, la dirección principal de inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania no mantiene en secreto la información que tiene.
Según los 007 ucranianos, se está formando un grupo de figuras influyentes que se oponen al presidente ruso entre la élite política y empresarial rusa.
“Su objetivo -sostiene Kiev- es sacar a Putin del poder lo antes posible y restaurar los lazos económicos con Occidente debido a la guerra en Ucrania”.
Según la inteligencia ucraniana, cierta parte de la élite política rusa considera al director del Servicio Federal de Seguridad de la Federación Rusa, Alexander Bortnikov, como el sucesor de Putin quien, según los medios ucranianos, “recientemente cayó en desgracia debido a errores de cálculo en la guerra contra Ucrania”.
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Noticias que alimentan los rumores de descontento no solo de la gente común, sino también de la cúpula de la sociedad rusa, duramente golpeada por las sanciones occidentales. Y que Putin con la concentración de miles de personas en el estadio Luzniki quiso plásticamente desmentir.
Por otro lado, Zelensky también tiene que mirar por encima del hombro: según Kiev, Moscú “ordenó personalmente otro ataque” de mercenarios para eliminar a los líderes ucranianos después de que “todos los intentos anteriores terminaron en el fracaso y la eliminación de los terroristas”.
A comienzos de marzo se supo que al menos 400 mercenarios y fuerzas especiales habían sido desplegados en la capital ucraniana para intentar acabar con el presidente.
El diario británico The Times apuntó a dos grupos diferenciados: mercenarios del célebre Grupo Wagner, punta de lanza de las operaciones menos limpias del Kremlin, y fuerzas especiales chechenas, conocidas por su brutalidad.
La presencia de estas últimas en Kiev había sido demostrada con un puñado de imágenes y vídeos, y por el propio Ramzan Kadirov, “emir” de la república rusa de Chechenia.