El papa Francisco llegó hoy a Rabat para iniciar una visita simbólica de dos días casi 33 años después del viaje que realizó el papa Juan Pablo II en 1985 a Marruecos.

La visita de dos días del pontífice a Marruecos tiene como objetivo reforzar los lazos con el islam y mostrará su cercanía a la pequeña comunidad católica, de apenas 25 mil personas.

A su llegada, Francisco fue recibido por el rey Mohamed VI que estaba acompañado de su hijo, el príncipe heredero Moulay Hassan, y el hermano del monarca, el príncipe Moulay Rachid.

Anuncios

Mohamed VI y Francisco intercambiaron algunas palabras antes de dirigirse a la sala del aeropuerto donde al pontífice se le ha hecho la tradicional ofrenda de bienvenida con leche y dátiles.

Acto seguido, Mohamed VI y Francisco se dirigieron a la explanada de la emblemática Torre Hasán donde los dos pronunciaron discursos en un día marcado por las lluvias.

Francisco sostuvo en su primer discurso de su visita a Marruecos que el fenómeno de la inmigración no se resuelve construyendo barreras o negando la asistencia, y abogó por buscar los medios para erradicar las causas que obligan a estas personas a dejar sus países.

Tras escuchar al rey Mohamed VI, el Papa afirmó que la llegada de estas personas que huyen “nunca encontrará una solución en la construcción de barreras, en la difusión del miedo al otro o en la negación de asistencia a cuantos aspiran a una legítima mejora para sí mismos y para sus familias”.

Ustedes saben cuánto me preocupa la suerte, a menudo terrible, de estas personas que en gran parte no dejarían sus países si no estuvieran obligadas a hacerlo”, dijo Francisco en su discurso, aplaudido en varias ocasiones por las miles de personas presentes a pesar de la incesante lluvia.

A lo largo del recorrido del aeropuerto a la explanada, Francisco iba en el papamóvil cubierto y Mohamed VI en una limusina descubierta en dos largas comitivas paralelas mientras saludaban a los ciudadanos que les aclamaban en presencia de varios grupos musicales.

En la explanada, miles de personas aguardaban desde hace varias horas la llegada del papa y el monarca, que recibieron los honores de una unidad de la Guardia Real marroquí.

Allí también estuvieron presentes miembros de diferentes asociaciones así como estudiantes que fueron movilizados en la explanada con camisetas que llevaban imágenes impresas del Papa y del monarca.

La visita del Papa ha levantado gran expectación entre los ciudadanos marroquíes, que destacaban la ‘baraka’ o ‘la bendición’ que traía el pontífice al coincidir su visita con el primer día de lluvias del año en el país magrebí.

Rabat, que ha vivido en los pasados dos días unos inéditos preparativos antes de la llegada del pontífice, está ocupada por miles de personas llegadas en cientos de autobuses que ocuparon varios barrios.

Se ha observado también un imponente despliegue policial en numerosas avenidas de la capital, que han sido engalanadas con las banderas de Marruecos y del Vaticano.

Publicidad