Dos días después de que el presidente turco, Tayyip Recep Erdogan, ganara la reelección en su país, el jefe de la OTAN se mostró este martes (30.05.2023) cautelosamente optimista sobre la posibilidad de acoger a Suecia en la alianza a medida que Estados Unidos presiona a Ankara a abandonar sus objeciones.
Suecia y Finlandia revirtieron el año pasado décadas de indecisión y solicitaron formalmente su ingreso en la OTAN después de que Rusia invadiera Ucrania, que había intentado sin éxito entrar en esa alianza cuyo fin es la protección mutua entre sus miembros.
Pero las decisiones deben ser unánimes y Turquía usó su influencia para presionar sobre la presencia de militantes kurdos, permitiendo a Finlandia entrar en la OTAN en abril, pero bloqueando a Suecia.
La adhesión de Suecia a la OTAN es “absolutamente posible” de aquí a la cumbre de julio en Lituania, afirmó este martes el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, opuesto a la candidatura sueca.
“No hay garantías, pero es absolutamente posible alcanzar una solución que propicie la decisión sobre una adhesión plena” antes de la cumbre, dijo Stoltenberg en Oslo.
El Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, de visita en Estocolmo de camino a Oslo, declaró que Suecia atendió las preocupaciones turcas.
“Ha llegado el momento de cerrar la adhesión de Suecia”, dijo Blinken en una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro sueco, Ulf Kristersson.
“Instamos tanto a Turquía como a Hungría -que tampoco lo ha ratificado aún- a que ratifiquen la adhesión lo antes posible”, declaró Blinken. “No hay razón para más tiempo. Suecia ya está preparada”, añadió.
Blinken dijo que Estados Unidos quiere completar el proceso “en las próximas semanas”.
Erdogan, líder turco desde hace dos décadas, ganó el domingo otro mandato de cinco años tras una campaña en la que prometió plantar cara a Occidente.
Acusó a Suecia, con sus generosas políticas de asilo, de refugiar “terroristas”, especialmente miembros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), ilegalizado por Ankara.
A pesar de las esperanzas de adhesión, Turquía deploró el martes que las autoridades suecas permitieran una protesta “inaceptable” de activistas dirigida contra Ankara.
El comité prokurdo Rojava de Suecia publicó el lunes un vídeo contra Erdogan que muestra una bandera del PKK proyectada sobre el Parlamento sueco, la última de varias acciones del grupo.
Venta de EE.UU. de cazas F-16 a Turquía
Stoltenberg dijo haber mantenido “contactos constantes con las autoridades turcas” para intentar levantar los últimos obstáculos a la adhesión sueca.
Blinken restó importancia a cualquier relación entre la adhesión de Suecia y una posible venta estadounidense de cazas F-16 a Turquía, aunque el presidente Joe Biden pareció establecer un vínculo en declaraciones a los periodistas tras una llamada de felicitación a Erdogan.
“Son cuestiones distintas. Ambas, sin embargo, son vitales a nuestro juicio para la seguridad europea”, declaró Blinken.
A principios de este año, Washington manifestó su apoyo a un paquete de 20.000 millones de dólares en F-16 para Turquía, que incluye 40 nuevos aviones y mejoras en 79 aparatos existentes.
Aunque parece posible que el Congreso bloquee la venta. Bob Menéndez, el poderoso presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, expresó su alarma ante la posibilidad de que Erdogan utilice los aviones de guerra para intimidar o incluso atacar a Grecia, país aliado de la OTAN.
Suecia y Finlandia, socios de Occidente, habían permanecido oficialmente no alineados militarmente por temor a enfadar a la poderosa Rusia.
Kristersson explicó a Blinken que Lulea, ciudad sueca donde funcionarios estadounidenses y europeos se reunirán el miércoles para tratar cuestiones comerciales y tecnológicas, está a seis horas y media en auto de la frontera con Rusia.
“Llenar el vacío territorial en el norte será una de las muchas contribuciones de seguridad de Suecia a la OTAN cuando nos unamos a la alianza”, dijo Kristersson.
Hungría, cuyo gobierno de extrema derecha mantiene tensas relaciones con gran parte de la Unión Europea, también se negó a dar su bendición a Suecia, aunque en gran medida se considera que sigue el ejemplo de Turquía.