La reina Isabel II dejó de lado el dolor por la pérdida de su marido, el duque de Edimburgo que falleció el pasado viernes 9 de abril a los 99 años de edad, para presidir este mismo martes la ceremonia de jubilación del antiguo Lord Chambelán, William Peel.
El conde Peel renunció a su papel como ayudante de mayor rango de la familia real, un puesto que había ocupado durante 14 años, y le devolvió la batuta y las insignias correspondientes a su cargo a la reina en la ceremonia que tuvo lugar en el castillo de Windsor.
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El compromiso quedó registrado en la circular diaria que recoge los eventos a los que asiste la soberana con el siguiente comunicado:
«El conde Peel ha tenido hoy una audiencia con la Reina, ha entregado su batuta e insignias de cargo como Lord Chambelán y la insignia de Canciller de la Real Orden Victoriana y se ha retirado al renunciar a su nombramiento como Lord Chambelán, cuando Su Majestad le ha investido con la Real Cadena Victoriana».
Como parte de sus responsabilidades antes de su jubilación, el conde Peel había supervisado los preparativos del funeral del duque de Edimburgo antes de dar paso a su sucesor, Andrew Parker, una semana antes del fallecimiento de Felipe.
Actualmente la monarquía británica está guardando dos semanas de luto por la pérdida del consorte de la reina, pero se ha confirmado que los miembros de la familia «seguirán asumiendo compromisos adecuados a las circunstancias».
La princesa Ana, la única hija de la reina Isabel II y del príncipe Felipe , también ha vuelto a trabajar asistiendo a la Conferencia de Primavera del Real Colegio de Medicina de Urgencias en su papel de patrona de la organización a través de una videoconferencia