Los niveles de tolerancia en Francia se han estabilizado en una tendencia “al alza” desde 2016, incluso a pesar de que, en paralelo, también han sido años de avance de la extrema derecha con una mayor presencia en los medios de discursos racistas y xenófobos.

Esa es una de las principales conclusiones del informe anual presentado por la Comisión Nacional Consultiva de los Derechos Humanos francesa (CNCDH, un órgano oficial independiente encargado de velar por el respeto a los derechos humanos, en relación con la lucha contra el racismo, el antisemitismo y la xenofobia.

“A pesar de un contexto muy difícil, marcado por el empeoramiento de la situación internacional y varios periodos electorales en los que se han asociado a menudo en los debates los inmigrantes y las cuestiones de seguridad, la tolerancia hacia las minorías sigue siendo alta en casi todos los indicadores”, señala la CNDCH.

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La investigación, realizada en 2022 a partir de una muestra representativa de un millar de adultos de la Francia metropolitana, refleja también algunos de los principales prejuicios ligados a la percepción de las minorías, que siguen estando “ampliamente compartidos” a nivel social.

Por ejemplo, el 59,6 % de los consultados piensan que “muchos inmigrantes vienen a Francia para beneficiarse de la protección social”; que el 49,3 % que los romaníes “viven esencialmente de robos y del tráfico” ilegal; y el 42 % que la inmigración es la principal causa de la inseguridad.

En una presentación a la prensa Pierre Tartakowsky, vicepresidente de la CNCDH, hizo notar que 2022 fue un año “particular” marcado por las campañas electorales primero de las elecciones presidenciales y de las legislativas, después.

En esas citas con las urnas, la extrema derecha francesa logró los mejores resultados de su historia.

Uno de los objetivos de los investigadores fue, por tanto, comprender “cómo un país cada vez menos racista” vota cada vez más a formaciones con discursos xenófobos, como la Agrupación Nacional (RN) que lidera Marine Le Pen.

En este sentido, la CNCDH denuncia una “aceleración de la puesta en la agenda mediática y política de los discursos sobre el otro” y una instrumentalización del rechazo a las minorías.

Cuestiones como el acceso al trabajo o el abuso de la protección social por sus beneficiarios son algunos de los argumentos más explotados por esos discursos.

Los autores del estudio hacen notar las correlaciones muy estables entre determinados factores sociales y los niveles de tolerancia.

La investigadora Monna Mayer explicó que cuanto más elevado es el nivel de estudios, los ciudadanos muestran más tolerancia, y que hay una relación directa entre la edad y el racismo (los más jóvenes lo son menos).

También que los votantes de izquierdas son más tolerantes mientras que entre los de derechas hay más tendencia a “buscar chivos expiatorios”.

El estudio de este año incluye una investigación sobre los discursos de odio en las redes, particularmente en la plataforma Youtube. En la red, los investigadores apreciaron una gran “diversidad” de los discursos de odio, tanto por los recursos utilizados (eufemismos, perífrasis o asignaciones identitarias) como por las temáticas.

El texto completo del estudio ya había sido entregado al Gobierno en junio pasado, pero su contenido no se hizo público hasta hoy.

En este tiempo, Francia ha vivido dos incidentes de fuerte conmoción social: por una parte, el apuñalamiento de seis personas (entre ellas cuatro niños) en un parque de Annecy por parte de un refugiado sirio y, más recientemente, la muerte de Nahel M. por un tiro de un policía en un control policial de Nanterre y la posterior oleada de disturbios.

Consultados sobre este último problema, los expertos del CNCDH recordaron que las últimas evaluaciones internacionales a Francia han denunciado actitudes de racismo en las fuerzas del orden, como reprochó el pasado viernes la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, un extremo que el Gobierno se apresuró a negar. 

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