El Parlamento Europeo aprobó hoy la nueva normativa sobre infraestructura de recarga para la transición energética en el transporte, que prevé enchufes para automóviles eléctricos en las principales vías de transporte cada 60 kilómetros, para camiones cada 120 kms y tanques de hidrógeno cada 200 kms.
Los puntos de carga tendrán que extenderse por la red TEN-T y contar con una potencia mínima de 400 kilovatios (kW) en 2026 y de 800 kW en 2028, informó la Eurocámara en un comunicado.
Las estaciones de recarga para camiones y autobuses tendrán que estar instaladas en la mitad de las principales carreteras de la UE para 2028, con una potencia inicial de 1.400 kW que irá subiendo hasta 2.800 kW en función de la carretera, alcanzando un punto de carga al menos cada 200 kilómetros para 2031.
Las estaciones deberán estar abiertas a todos los conductores, contar con sistemas sencillos de pago y mostrar el precio y los tiempos de espera.
Las nuevas reglas, concebidas para facilitar la transición a los vehículos de cero emisiones, los únicos que se podrán comercializar en la UE a partir de 2035, también hace hueco al hidrógeno, exigiendo hidrogeneradoras cada 200 kilómetros en las principales vías.
“El uso de soluciones energéticas más sostenibles, renovables y eficientes en el sector del transporte ayudará a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación del aire, mejorará la calidad de vida de los ciudadanos y creará nuevos empleos de alta calidad”, dijo el negociador jefe del expediente en la Eurocámara, el socialdemócrata búlgaro Petar Vitanov.
El Parlamento Europeo aprobó por 514 votos a favor, 52 en contra y 74 abstenciones el expediente sobre Infraestructura de Combustibles Alternativos.
Y validó también la nueva normativa sobre Combustibles Marítimos Sostenibles por 55 síes, 48 noes y 25 abstenciones, tras haberse alcanzado un acuerdo político con los países en ambos casos, que tendrán que ser adoptados también por el Consejo de la UE para adquirir carácter oficial.
El segundo texto busca fomentar combustibles marítimos más ecológicos, exigiendo a los barcos que reduzcan gradualmente sus emisiones de gases de efecto invernadero en la energía que emplean.
A los buques con un peso superior a 5.000 toneladas de carga, que se consideran responsables del 90 % de las emisiones de CO2 del sector marítimo, se les exigirá una reducción del 2 % en 2025, en relación con 2020, y del 80 % a partir de 2050.
Esos requisitos se aplicarán “a toda la energía utilizada a bordo en o entre puertos de la UE, así como al 50 % de la energía utilizada en viajes en los que el puerto de salida o de llegada está fuera de la UE o en las regiones ultraperiféricas de la UE”, precisó la Eucorámara.
Además, y a partir de 2030, mientras estén amarrados en muelle, tendrán que funcionar con energía eléctrica y tendrán que cargar al menos un 2 % de combustibles renovables de origen biológico (RFNBO, por sus siglas en inglés) si a fecha de 2031 la Comisión Europea detecta que estos suponen menos del 1 % del repostaje.
“Las nuevas reglas establecen, con mucho, el camino más ambicioso del mundo para descarbonizar el transporte marítimo”, subrayó el ponente del texto en la Eurocámara, el popular sueco Jörgen Warborn, quien aseguró que la nueva normativa convierte “a Europa en pionera en la creación de una demanda de combustibles sostenibles y en el fomento de la innovación”.
Una vez que el Consejo haya aprobado ambas leyes, las reglas de infraestructura de combustibles alternativos se aplicarán a partir de los seis meses posteriores a su entrada en vigor, y las reglas de combustibles marítimos sostenibles se aplicarán a partir del 1 de enero de 2025.