Los incendios forestales en Brasil destruyeron el año pasado 17.3 millones de hectáreas de vegetación, un área equivalente al territorio de Uruguay y en un 6% superior a la devastada en 2022, según un estudio divulgado por la red Mapbiomas.

Los pastizales fueron los más afectados por las llamas, seguidos de la vegetación nativa, las formaciones campestres y las de sabana.

De acuerdo con el estudio, el pico más alto de incendios se produjo en los meses de septiembre y octubre, con 4 millones de hectáreas afectadas por el fuego cada mes.

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En diciembre, los estragos de las llamas superaron a los del mismo mes en los últimos cuatro años, con 1.6 millones de hectáreas devastadas, un aumento ocasionado por los incendios en la Amazonia y un efecto directo del fenómeno de “El Niño“, que elevó las temperaturas, dejó la región más seca y vulnerable a la propagación del fuego.

“Si no fuera por la reducción de más del 50% en la deforestación, disminuyendo una de las principales fuentes de ignición, ciertamente tendríamos un área afectada por los incendios mucho mayor en la región”, señaló Ane Alencar, coordinadora de MapBiomas Fuego, citada en un comunicado.

Y es que la Amazonia brasileña fue el bioma más afectado por los incendios en diciembre, con 1.3 millones de hectáreas devastadas, un 463% más que en el mismo mes de 2022.

Le siguieron el Pantanal y el Cerrado (la sabana brasileña).

Los datos corresponden al estudio mensual de incendios en Brasil que realiza Mapbiomas desde 2019 con base en imágenes satelitales y que revela, casi en tiempo real, la ubicación y extensión de las áreas quemadas.

La red Mapbiomas, conformada por unos 70 miembros entre universidades, ONG y empresas de tecnología, monitorea los cambios en la cobertura y uso de la tierra en Brasil, para buscar la conservación y gestión sostenible de recursos naturales, como forma de luchar contra el cambio climático.

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