Por Maru Santos

Como activista y coordinadora de Mujeres Independientes por México, ante la controversia por la consulta ciudadana hecha a modo por Morena sobre el nuevo aeropuerto. Les comparto mi opinión como ciudadana y abogada postulante.

Oclocracia, término acuñado por el historiador griego Polibio, es el gobierno de la muchedumbre, una de las formas de degeneración de la democracia, del mismo modo que la monarquía puede degenerar en tiranía o la aristocracia degenera en oligarquía. A veces se confunde con la tiranía de la mayoría dado que ambos términos están relacionados.

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Mientras la democracia es el gobierno del pueblo que con la voluntad general legitima al poder del Estado; la oclocracia es el gobierno de la muchedumbre, masa o gentío, es un agente de producción biopolítica, que a la hora de abordar asuntos políticos presenta una voluntad viciada, evicciosa, confusa, injuiciosa o irracional, por lo que carece de capacidad de autogobierno y por ende no conserva los requisitos necesarios para ser considerada como pueblo.

Según Polibio la Oclocracia es el fruto de la acción demagógica, y se da cuando la democracia se mancha de ilegalidad y violencia. La Oclocracia es el peor de todos los sistemas políticos, el último estado de la degeneración del poder. La Oclocracia es la degeneración de la democracia, misma que se origina por una desnaturalización de la voluntad general, que deja de ser general tan pronto como comienza a presentar vicios en sí misma, encarnando los Intereses de algunos y no los de la población en general, en pocas palabras, carece de la voluntad general.

James Mackintons (1765-1832), define a la Oclocracia como la autoridad de un populacho corrompido y tumultuoso, como el despotismo del tropel, nunca el gobierno de un pueblo.

Un claro ejemplo de Oclocracia, es la reciente consulta ciudadana hecha por Morena y su Tlatoani Andrés Manuel López Obrador sobre el tema del nuevo aeropuerto. El presidente electo y su partido se equivocaron al someter a consulta ciudadana una decisión que debe tomar él cuando sea formalmente presidente de México, basando su decisión en un análisis profundo y objetivo hecho por un equipo interdisciplinario de expertos en la materia. Con ocurrencias como estas, lo único que demuestra es que con la clausura del proyecto del nuevo aeropuerto de Texcoco, pretende “sepultar” a la vieja mafia del poder para dar paso a una nueva.

Jurídicamente la consulta ciudadana hecha a “modo” es ilegal por lo siguiente:

1.- AMLO como presidente electo no tiene ninguna facultad constitucional para convocar a una consulta ciudadana, mucho menos para tomar una decisión de esa envergadura;

2.- Para eso existe una Ley Federal de Consulta Popular que regula y norma el procedimiento.

3.- Porque los temas de infraestructura no son objetos de consultas populares.

4.- Porque deben participar al menos 40% del listado nominal.

5.- Porque para eso está el INE.

Es obvio que AMLO no quiere pagar el costo político y de credibilidad que conlleva la toma de decisiones más importantes para el país, por ese motivo piensa seguir con sus consultas a “modo”, misma que son autoritarismo puro con disfraz de “democracia participativa”.

Lo único real, es que la cancelación del proyecto del nuevo aeropuerto de Texcoco, tendrá un costo para nosotros los mexicanos (incluidos los que no votamos por su cancelación) de 270 mil millones de pesos, 150 mil millones por la cancelación del proyecto y 120 mil millones por pago de indemnización a los empresarios afectados, de lo que sería el tercer aeropuerto más importante del mundo.

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