El líder de un pequeño partido de derecha en Israel dice que intentará formar un gobierno de unidad con los opositores de Benjamin Netanyahu, un paso clave para poner fin al gobierno de 12 años del primer ministro
En un discurso a nivel nacional, el líder del partido Yamina (“Derecha”), Naftali Bennett, dijo que había decidido unir fuerzas con el líder de la oposición del país, Yair Lapid. Ambos tienen hasta el miércoles para completar un acuerdo donde cada uno sirva dos años como primer ministro en un acuerdo de rotación.
“Es mi intención hacer todo lo posible para formar un gobierno de unidad nacional junto con mi amigo Yair Lapid, para que, si Dios quiere, juntos podamos salvar al país de una caída en picada y devolver a Israel a su curso”, expresó Bennett.
Israel ha celebrado cuatro elecciones consecutivas en los últimos dos años. Cada una fue considerada un referéndum sobre Netanyahu, quien se ha convertido en una figura polarizante en la política israelí debido al juicio que se le sigue por corrupción, pero cada votación ha terminado en un estancamiento político. Él es la figura más dominante de la política israelí de las últimas tres décadas.
Bennett, antiguo asesor de Netanyahu convertido en rival, dijo que se necesitan pasos drásticos para evitar otras elecciones. Aunque comparte la ideología nacionalista de Netanyahu, Bennett dijo que no había una forma viable para que la extrema derecha forme una mayoría gobernante en el Knéset (parlamento israelí).
“Un gobierno como este tendrá éxito solo si trabajamos juntos como grupo”, dijo.
Netanyahu está desesperado por mantenerse en el poder mientras es juzgado. Ha utilizado su oficina como escenario para reunir apoyo y arremeter contra la policía, los fiscales y los medios de comunicación.
Si sus oponentes no logran formar gobierno y se convocan nuevas elecciones, esto le daría a Netanyahu otra oportunidad para que salga un parlamento que esté a favor de otorgarle inmunidad procesal.
Pero si sus rivales tienen éxito, Netanyahu se encontrará en una posición mucho más débil como líder de la oposición e incluso podría enfrentar un amotinamiento dentro de su partido Likud.