El Papa Francisco divulgó este martes una exhortación apostólica dirigida a los jóvenes, a los que advierte sobre los peligros del mundo digital, y habla sobre machismo, autoritarismo y sexualidad, verdaderos desafíos para la juventud.
En el documento, que lleva el título “Cristo vive”, compuesto de 299 puntos y de unas 50 páginas, escrito en español, el Papa se detiene a analizar varios asuntos debatidos en el mes de octubre de 2018 durante el sínodo de obispos dedicado a los jóvenes.
Francisco denuncia entre otros “los ingentes intereses económicos” del mundo digital, capaces de manipular “procesos democráticos” mediante la difusión de “noticias falsas” que fomentan los “prejuicios y odios”.
“En el mundo digital están en juego ingentes intereses económicos, capaces de realizar formas de control tan sutiles como invasivas, creando mecanismos de manipulación de las conciencias y del proceso democrático”, analiza.
El pontífice, que se inspiró en los debates y en las conclusiones del documento final, asegura que “la proliferación de las fake news es expresión de una cultura que ha perdido el sentido de la verdad y somete los hechos a intereses particulares”.
“La reputación de las personas está en peligro mediante juicios sumarios en línea. El fenómeno afecta también a la Iglesia y a sus pastores”, observa Francisco, entre los papas más atentos a comunicar con el mundo de hoy.
En el texto, el papa admite que los escándalos sexuales y económicos han alejado a muchos jóvenes de la Iglesia y asegura que la Iglesia ha tomado conciencia de lo sucedido.
“Gracias a Dios los sacerdotes que cayeron en estos horribles crímenes no son la mayoría”, asegura.
“Una Iglesia a la defensiva, que pierde la humildad, que deja de escuchar, que no permite que la cuestionen, pierde la juventud y se convierte en un museo”, escribió.
Paralelamente estima que “una Iglesia viva” debe considerar “legítimas las reivindicaciones de las mujeres que piden más justicia e igualdad” y reconocer “la larga trama de autoritarismo por parte de los varones, de sometimiento, de diversas formas de esclavitud, de abuso y de violencia machista”, recalca.
Para el cardenal Lorenzo Baldisseri, que fue secretario general del sínodo, se trata de un documento clave del pontificado, “una carta magna” para los jóvenes, con un lenguaje “simple, franco, cercano, tierno y simpático”, dijo.
Tecnología y memoria
A propósito de otro tema candente como la sexualidad, Francisco reconoce que “el cuerpo y la sexualidad tienen una importancia esencial” para el crecimiento de la persona.
“En un mundo que enfatiza excesivamente la sexualidad, es difícil mantener una buena relación con el propio cuerpo y vivir serenamente las relaciones afectivas”, advierte.
En el texto señala los muchos riesgos que se corren en el mundo digital, a menudo un espacio de “soledad” y de “violencia”, aunque admite que puede ser una fuente de creatividad.
“Problemas como la pornografía distorsionan la percepción que el joven tiene de la sexualidad humana. La tecnología usada de esta forma, crea una realidad paralela ilusoria que ignora la dignidad humana”, lamenta.
El Papa hace varias recomendaciones a los jóvenes en muchas áreas y aprovecha para criticar las ideologías que “desprecian la historia” y que quieren eliminar las “raíces” de los jóvenes.
Las “ideologías de distintos colores, que destruyen (o de-construyen) todo lo que sea diferente y de ese modo pueden reinar sin oposiciones”, observa.
“Para esto necesitan jóvenes que desprecien la historia, que rechacen la riqueza espiritual y humana que se fue transmitiendo a lo largo de las generaciones, que ignoren todo lo que los ha precedido”, señala al abordar otro tema clave de su pontificado: la historia, la memoria, la sabiduría del anciano.
Francisco confiesa que “cuando comencé mi ministerio como Papa, el Señor me amplió los horizontes y me regaló una renovada juventud. Lo mismo puede ocurrirle a un matrimonio de muchos años, o a un monje en su monasterio”.
Una confesión que revela un cierto optimismo, el mismo tono que usa en general en todo documento.