“Oramos hoy por todos aquellos que sufren la tristeza, porque están solos o porque no saben qué futuro les espera o porque no pueden llevar adelante su familia porque no tienen dinero, porque no tienen trabajo”, afirmó el Sumo Pontífice en su homilía.

Una vez más, y casi en soledad, el Papa ofició misa en la Casa Santa Marta, esta vez en el tercer domingo de Pascua, y bajo las medidas de aislamiento en prevención de los contagios del coronavirus.

“El cristianismo -dijo el Papa, al comentar citas del evangelio- es un encuentro con Jesús, el cristiano es aquel que se deja encontrar por el Señor”. “Nacimos con una semilla de inquietud, aún sin saberlo: nuestro corazón tiene sed del encuentro con Dios, lo busca, muchas veces por caminos equivocados. Y Dios tiene sed de encontrarnos”, amplió. “En el Evangelio vemos que Jesús respeta nuestro camino, sigue nuestros tiempos, es el Señor de la paciencia, camina a nuestro lado, escucha nuestras inquietudes, las conoce. A Jesús le gusta oír cómo hablamos. No acelera el paso: es su paciencia.

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Jesús va al ritmo de la persona más lenta. Jesús escucha, luego responde, explica, hasta el punto necesario”, desgranó luego.

Y luego sostuvo que algunas personas se encuentran con Jesús “sin darse cuenta”. “La vida de la gracia comienza cuando nos encontramos con Jesús. Que el Señor nos dé la gracia de encontrarle y saber que camina con nosotros en todo momento: es nuestro compañero de peregrinación”, completó Francisco.  

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