«Yo soy el pan vivo, bajado del cielo» (Jn 6,51) con el Evangelio de este domingo el Santo Padre reflexiona en el Ángelus sobre milagro de la Eucarística que en la actualidad también generan “asombro y gratitud”.

“Hoy el Evangelio nos habla de Jesús, que afirma con sencillez: «Yo soy el pan vivo, bajado del cielo» (Jn 6,51)”, recordó el Papa Francisco durante el rezo del Ángelus este domingo XX del Tiempo Ordinario desde la ventana del Palacio Apostólico en la Plaza de San Pedro.  

El Santo Padre señala que Jesús se identifica “con el alimento más común y cotidiano, el pan”. Por lo que algunos discutían: ¿cómo puede Jesús darnos a comer su propia carne?… “También nosotros nos hacemos hoy esta pregunta, pero con asombro y gratitud. He aquí dos actitudes sobre las que reflexionar ante el milagro de la Eucaristía”, dijo.

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Asombro y gratitud

En primer lugar, “asombrarnos -expresó Francisco-, porque las palabras de Jesús nos sorprenden. Pero Jesús siempre nos sorprende. Siempre. Incluso hoy, en su propia vida, Jesús siempre nos sorprende. El pan del cielo es un don que supera todas las expectativas. Quien no capta el estilo de Jesús sigue desconfiando: parece imposible, incluso inhumano, comer la carne de otro (cf. v. 54). La carne y la sangre, en cambio, son la humanidad del Salvador, su propia vida ofrecida como alimento para la nuestra”. 

Luego reflexiona sobre “la gratitud”, afirmando que “reconocemos a Jesús allí donde está presente para nosotros y con nosotros. Él se hace pan para nosotros. «El que come mi carne permanece en mí y yo en él» (cf. v. 56). El Cristo, verdadero hombre, sabe bien que hay que comer para vivir. Pero también sabe que esto no basta. Después de haber multiplicado el pan terrenal (cf. Jn 6,1-14), prepara un don aún mayor: Él mismo se convierte en verdadera comida y verdadera bebida (cf. v. 55). ¡Gracias, Señor Jesús!”

El pan celestial que sacia la esperanza

El Papa advierte que el hambre de salvación no se siente en el estómago sino en el corazón, porque sacia el hambre de la esperanza: “El pan celestial, que viene del Padre, es el mismo Hijo hecho carne por nosotros. Este alimento nos es más que necesario, porque sacia el hambre de esperanza, el hambre de verdad, el hambre de salvación que todos sentimos, no en el estómago, sino en el corazón. La Eucaristía nos es necesaria, a todos”, expresó.

El pan vivo no es algo mágico

También advierte que la Eucaristía oes algo mágico sino Cuerpo mismo de Cristo: “Jesús se ocupa de la mayor necesidad: nos salva, alimentando nuestra vida con la suya, y esto, para siempre. Y gracias a Él podemos vivir en comunión con Dios y entre nosotros. El Pan Vivo y Verdadero no es algo mágico, no; no es una cosa que resuelve de repente todos los problemas, sino que es el Cuerpo mismo de Cristo, que da esperanza a los pobres y vence la arrogancia de los que se jactan en su detrimento”.

Finalmente, el Pontífice propone algunas preguntas para la reflexión: ¿tengo hambre y sed de salvación, no sólo para mí, sino para todos mis hermanos? Cuando recibo la Eucaristía, que es el milagro de la misericordia, ¿soy capaz de maravillarme ante el Cuerpo del Señor, muerto y resucitado por nosotros?

Al rezar la oración del Ángelus, el Papa Francisco suplica a la Virgen María “que nos ayude a recibir el don del cielo en el signo del pan”.

La economía mexicana se debilita al cierre del sexenio de López Obrador: menor 

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La economía mexicana cierra el sexenio de Andrés Manuel López Obrador con un bajo crecimiento, mayor inflación y deuda, y menor dinamismo en nuevos empleos formales que opacan el aumento en las exportaciones.

El Producto Interno Bruto (PIB), la medida más completa del crecimiento de una economía, ha registrado un aumento promedio de 1.02% entre 2019 y 2024, lo que representa la mitad del crecimiento promedio durante la administración de Enrique Peña Nieto, que fue del 2.2%.

El menor dinamismo de la economía ha estado acompañado de aumentos en los precios. La inflación en lo que va del gobierno de López Obrador alcanza el 30.65%, mientras que en todo el sexenio pasado fue de 26.98%.

Tan sólo los alimentos han subido 49% en lo que va del sexenio obradorista, es decir, 1.5 veces lo que subieron en el sexenio anterior (33%).

A la par, la generación de empleo formal se desaceleró. En los últimos seis años los trabajadores afiliados al IMSS aumentaron 11%, mientras que en el periodo de Peña Nieto subieron 25%, de acuerdo con los registros del organismo de seguridad social.

Si bien la tasa de desempleo bajó de 3.3% en noviembre de 2018 a 2.6% a abril de 2024, el empleo informal, es decir, sin seguridad social y prestaciones, aumentó medio punto porcentual en ese periodo a 27.9% de la población en edad de trabajar, lo que significa que 18 millones personas trabajan en condiciones precarias.

El debilitamiento se observa también en las finanzas públicas al aumentar la deuda. Los requerimientos financieros promediaron 4.1% del PIB, casi el doble de lo que se destinó entre los años 2000 a 2018.

Tan sólo en 2024 se requiere el equivalente al 6% del PIB para poder cumplir con las necesidades de financiamiento público, mientras que la deuda pública alcanza un monto equivalente al 49% del PIB o 16 billones de pesos, un aumento de alrededor de cinco puntos porcentuales del PIB con respecto al cierre de 2018.

Para reducir estos niveles de endeudamiento y evitar una crisis, la Secretaría de Hacienda ha propuesto disminuir el gasto público de un nivel de 26.9% del PIB en 2024 —el más elevado que se tenga registro desde 1990— a 24% en el primer año de gobierno de Sheinbaum y se mantenga en niveles de 23 para el resto del sexenio.

“El gasto público enfrenta crecientes presiones provenientes tanto de rubros comprometidos por ley, de cuestiones demográficas, así como de compromisos políticos”, dijo en un reporte Paulina Anciona, analista de Citibanamex. 

Las reducciones en el gasto comprometen rubros como el desarrollo y mantenimiento de infraestructura de los diversos servicios públicos. Hacienda ha señalado que el gasto gubernamental de capital se reduciría a un promedio de 2.3% para los siguientes seis años, lo que significa una baja de 1.5 puntos porcentuales del PIB.

“Sacrificar gastos conlleva riesgos de no satisfacer necesidades de gasto en rubros relevantes como educación, salud e infraestructura”, sentencia Anciona. 

El panorama es menos favorable para 2025: para el primer año de gobierno de Claudia Sheinbaum los analistas pronostican una desaceleración más pronunciada de la economía con un crecimiento de 1%.

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