El Instituto Belisario Domínguez (IBD) de la Cámara de Senadores recomendó al Senado, a la Cámara de Diputados y a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión utilizar la figura de “Parlamento Electrónico”, ante el rezago en el trabajo legislativo por la epidemia de Covid-19.

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El estudio, encargado por los senadores, determinó que no se estaría violando ningún artículo constitucional al realizar sesiones a distancia, ni afuera de los recintos parlamentarios, pues existen antecedentes de sesiones legislativas afuera de las sedes del Congreso.

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“Hay que resaltar el hecho de que no ha existido en las diferentes constituciones o normas, algo que indique expresamente la obligatoriedad de que las y los legisladores deban realizar las sesiones ordinarias estrictamente dentro de su respectiva cámara”, dice el documento.

Hasta ahora el trabajo legislativo está paralizado, y hay senadores como Ricardo Monreal, líder de la mayoría de Morena, quien aduce que, si los legisladores no sesionan en sus recintos oficiales, las leyes que aprobaran podrían ser impugnadas ante la Suprema Corte.

El martes pasado, la presidenta de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, Mónica Fernández, canceló la sesión del 6 de mayo, debido a que México está en el “pico” de la epidemia, y hasta hoy no se ha determinado cuando retomará sesiones ese órgano legislativo, mientras que los Plenos del Senado y de San Lázaro están en receso hasta el mes de septiembre

El estudio titulado Las sesiones legislativas virtuales en el Congreso de la Unión: Una propuesta analítica para el debate parlamentario, escrito por el investigador Miguel Ángel Méndez Mandujano, recuerda que, en 2013, se aprobaron las leyes de la reforma educativa en el Centro Banamex.

Añade que en 2019 cuando se avaló el presupuesto en la Expo Santa Fe, se argumentó que el uso de un espacio diferente al recinto parlamentario no trasgredía lo señalado por la Constitución y por la ley, aunque siempre se contó con la presencia de las y los legisladores.

Además, sostiene que, ante las medidas de distanciamiento social ordenadas por el Consejo de Salubridad para evitar la propagación del coronavirus, las sesiones virtuales podrían representar un paso hacia la solución de dicho problema.

Explica que dicho mecanismo alternativo permitiría continuar –durante tiempos y condiciones definidas por la ley- con el trabajo en el Congreso de la Unión, sin poner en riesgo la salud de sus integrantes o la del personal que labora en dichos espacios; a la vez, permitiría dar seguimiento a la agenda en curso y, por supuesto, a los temas impuestos por la coyuntura.

En ese sentido, el e-parlamento o parlamento electrónico en México ofrece una alternativa viable ante los contextos de emergencia como el actual, pues se cuenta con herramientas que ayudan en la presentación, análisis, debate y proporcionan una mejor accesibilidad para que las y los integrantes de un congreso, así como la ciudadanía, no tengan que acudir a un recinto, y pueda tener acceso a todo lo que sucede.

Para lo anterior, la investigación identifica diversos artículos constitucionales y de la Ley Orgánica del Congreso que podrían ser reformados para hacer posible el parlamento electrónico.

El estudio concluye señalando que el Poder Legislativo en México tiene en puerta una enorme oportunidad de transformar la manera en que las y los legisladores toman sus decisiones y, al mismo tiempo, optar por modernizar y convertirse en un parlamento electrónico y abierto.

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