El avión más grande del mundo, el Antonov AN-225, fue destruido durante la invasión rusa a Ucrania, según las autoridades ucranianas, generando alarma y tristeza en el mundo de la aviación que lo consideraba casi un objeto de culto.

El enorme carguero, llamado Mriya (Sueño, en ucraniano), estaba estacionado en un aeropuerto cerca de Kiev cuando fue atacado por “ocupantes rusos”, dijeron las autoridades ucranianas, y agregaron que el avión será reconstruido, según reporta la cadena CNN.

“Rusia puede haber destruido nuestro Mriya. Pero nunca podrá destruir nuestro sueño de un estado europeo fuerte, libre y democrático. Prevaleceremos!”, escribió el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba.

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No ha habido confirmación independiente de la destrucción del avión. Un tuit de la empresa Antonov afirma que no es posible verificar el “estado técnico” del avión hasta que no haya sido inspeccionado por expertos.

La empresa de armas estatal ucraniana Ukroboronprom, propietaria del Antonov, emitió ayer un comunicado afirmando que el avión había sido destruido pero que será reconstruido a expensas de Rusia en más de cinco años, a un costo estimado de 3.000 millones de dólares.

E indicó que estos costos “serán cubiertos por la Federación Rusa, que ha causado daños intencionales a la aviación ucraniana y al sector de carga aérea”.

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El 24 de febrero, día de la invasión rusa, el avión estaba en tierra cerca de Kiev para operaciones de mantenimiento.

Las imágenes satelitales de Maxar Technologies muestran daños significativos en parte del hangar en la Base Aérea de Hostomel donde estaba estacionado el AN-225.

La historia del An-225 comienza en las décadas de 1960 y 1970, cuando la Unión Soviética participaba en una carrera espacial con Estados Unidos.

Entonces surgió la necesidad de transportar cargas grandes y pesadas al Cosmódromo de Baikonur, el vasto puerto espacial en los desiertos de Kazajstán, que fue el trampolín para el viaje espacial pionero del cosmonauta ruso Yuri Gagarin en 1961.

La carga en cuestión era la nave espacial Buran, la respuesta de la Unión Soviética al transbordador espacial de la NASA. Como no había ningún avión capaz de transportarlo en ese momento, se ordenó a la empresa Antonov que desarrollara uno.

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