Un nuevo ataque ruso a la ciudad ucraniana de Odesa, en el Mar Negro, dejó al menos dos muertos y 22 heridos, como parte de una ofensiva que ha dañado infraestructura portuaria crucial en el sur de Ucrania en la última semana. La Catedral de la Transfiguración, una de las catedrales ortodoxas más importantes y grandes de Odesa, sufrió graves daños.
“La destrucción es enorme, la mitad de la catedral ya no tiene tejado”, dijo el archidiácono Andrii Palchuk, mientras personal del templo sacaba documentos y objetos valiosos del edificio. La mitad de la catedral estaba inundada con agua empleada por los bomberos para extinguir las llamas tras el ataque.
Palchuk dijo que los daños se debían al impacto directo de un misil ruso que penetró en el edificio hasta el sótano. Dos personas que estaban dentro en ese momento resultaron heridas. “Pero con ayuda de Dios, lo restauraremos”, dijo rompiendo a llorar.
Unesco, la agencia cultural de Naciones Unidas, designó este año el centro histórico de Odesa como Patrimonio de la Humanidad amenazado, pese a las objeciones rusas.
El Ministerio ruso de Defensa dijo el domingo que las fuerzas rusas habían golpeado lugares en Odesa “donde se preparaban actos terroristas contra la Federación Rusa”.
En un comunicado, el Ministerio dijo que se habían empleado armas de precisión con largo alcance disparadas desde el aire y el mar, y que en los objetivos había “mercenarios extranjeros”.
“El Ejército excluye deliberadamente las instalaciones civiles así como edificios considerados como patrimonio cultural o histórico”, insistió la versión rusa. En su lugar, el Ministerio de Defensa ruso achaca la destrucción parcial de la catedral a “un misil guiado antiaéreo de las Fuerzas Armadas de Ucrania debido a las acciones analfabetas de sus responsables de defensa aérea, que siempre se ponen deliberadamente en medio de zonas residenciales”.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, prometió que habrá represalias tras el nuevo ataque nocturno ruso con 19 misiles.
“Misiles contra ciudades pacíficas, contra edificios residenciales, una catedral… No puede haber excusa para la maldad rusa. Como siempre, este mal perderá. Y definitivamente habrá represalias para los terroristas rusos por Odesa. Sentirán estas represalias”, escribió en un mensaje en Telegram.
El ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, llamó a la comunidad internacional a condenar este nuevo ataque contra esta ciudad portuaria del mar Negro.
“El mayor ataque perpetrado nunca antes contra un importante puerto vital para la seguridad alimentaria mundial es un ataque contra toda la comunidad internacional. Insto a todos los estados y organizaciones a condenar este bárbaro crimen de guerra”, escribió en Twitter. Agregó que “los bombardeos de misiles rusos matan personas y arruinan sitios icónicos en Odesa, protegida por la Unesco”.
La Fuera Aérea ucraniana había precisado que durante el ataque, las fuerzas rusas lanzaron al menos cinco tipos de misiles: Kalibr, Oniks, Kh-22, Iskander-K e Iskander-M.
Rusia ha castigado de forma persistente Odesa, un núcleo crucial en la exportación de grano, después de que Moscú cancelara un histórico acuerdo de grano el lunes en medio de los esfuerzos de Kiev por recuperar sus territorios ocupados.
Svitlana Molcharova, de 85 años, fue rescatada por los servicios de emergencias. Pero tras recibir primeros auxilios se negó a abandonar su apartamento destruido. “Me quedaré aquí”, le dijo al trabajador de emergencias que le recomendó marcharse.
Otros ataques rusos esta semana devastaron partes significativas de instalaciones de exportación en Odesa y la cercana Chornomorsk y destruyeron 60.000 toneladas de grano, según el Ministerio ucraniano de Agricultura.
La campaña se produjo días después de que el presidente, Vladímir Putin, retirase a su país de la Iniciativa de Gran del Mar Negro, un acuerdo de guerra que permitía que las exportaciones de Ucrania llegaran a muchos países amenazados por el hambre.
Putin prometió tomar represalias contra Kiev por un ataque el lunes contra el crucial Puente de Kerch que conecta Rusia con la Península de Crimea, que el Kremlin se anexionó de forma ilegal en 2014.