Tras una valoración del equipo médico del albergue para migrantes Hermanos en el Camino, su fundador, el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra, comenzó este sábado su aislamiento por razones de salud. “Durante 14 días, no podré salir ni para ir al comedor”, señaló el prelado de 76 años de edad.
La determinación se tomó luego que la doctora Yadira Cajero Cedeño, responsable del área médica del equipo que colabora en el albergue Hermanos en el Camino, señaló que entre los migrantes hay síntomas de dengue o Covid-19, entre nueve migrantes y una persona que forma parte del equipo de trabajo del sacerdote Solalinde Guerra.
Por ahora, informó el prelado, en las instalaciones del albergue se crearon tres áreas de aislamiento. Una, donde están confinados los migrantes con fiebre, dolor de cabeza, cansancio y sueño, otra, donde está la mayoría de los centroamericanos que no tiene ninguna sintomatología y la tercera donde él se quedó aislado.
Los síntomas similares a Covid-19 empezaron a presentarse en los últimos tres días, Incluso uno de los elementos asignados a la seguridad del prelado, presentó fiebre, dolor de cabeza, cansancio y sueño, reveló Solalinde, después de informarle al obispo de la diócesis de Tehuantepec, Crispín Ojeda Márquez, la situación que se vive en el albergue.
El albergue Hermanos en el Camino cerró temporalmente sus puertas desde el seis de abril, como medida de protección ante la pandemia. “Yo vivo aquí desde entonces y no hemos recibido visitas. No sabemos cómo pudieron contagiarse”, expresó preocupado.
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El sacerdote publicó en su cuenta de Twitter: “Hoy vivimos el Día Internacional del Migrante Refugiado en medio de la pandemia. En Hermanos en el Camino ya tenemos al parecer un brote. Nos solidarizamos con todas las personas refugiadas y les deseamos un futuro de bienestar con sus familias”.
En el marco del Día Mundial de los Refugiados, que se conmemoró este sábado, por decisión de la ONU, el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra refrendó su compromiso con los migrantes y aseguró que no los abandonará.
“El obispo Crispín Ojeda, me dijo que estará pendiente de la salud de todo, añadió.
Aunque no quiso hablar de su estado de salud, señaló que no se moverá del albergue. “No los dejaré solos. De aquí no me moveré. Voy a correr la misma suerte de ellos. Si a todos nos va bien o a todos nos va mal, pero de aquí (del albergue), no me muevo”, puntualizó.
Actualmente, señaló el prelado, en el albergue viven 35 migrantes centroamericanos que se inscribieron en el Programa de Emergencia Social, del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y se encuentran otras ocho personas que forman parte del equipo de Solalinde Guerra. Todos van a extremar la medidas de prevención; además hay otros 45 migrantes externos que están siendo monitoreados por el comité de salud del gobierno de Ciudad Ixtepec y por el Grupo Beta.