Zoé Robledo, director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), confirmó que no hubo forma de controlar la inundación que ocurrió en el hospital de Tula por la inundación del pasado 6 de septiembre.

Durante su comparecencia ante el Senado como parte de la Glosa del Informe de Gobierno, Robledo detalló que no hubo manera de ser advertidos sobre el riesgo en el hospital.

“Decirles que el evento fue súbito, fue incontrolable e inevitable y no hubo forma de ser advertidos para lograr evacuar el hospital. Fue una causa de fuerza mayor que tuvo que ver con fenómenos fluviales en la Ciudad de México, en el Estado de México y, desde luego, con Hidalgo”, apuntó.

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Señaló que en el hospital había 25 pacientes en terapia intensiva por COVID-19 y que en ese momento se trataba de un hospital híbrido debido a la pandemia.

Zoé Robledo indicó que actualmente hay una investigación penal y se brindan los requerimientos que ha formulado la agencia del Ministerio Público para el esclarecimiento de los hechos.

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Sobre la investigación que se abrió contra el personal médico del hospital, confirmó que no se encontraron elementos para sancionar a los trabajadores de turno.

Explicó que en el mismo sentido, hay una investigación en proceso contra autoridades del hospital pero no de la operación directa.

Señaló que inició un a investigación en el Órgano de Control Interno que se lleva a cabo por el mismo tema.

Apuntó que de los 54 pacientes hospitalizados, 47 fueron rescatados por personal del IMSS que pusieron a salvo en la unidad de medicina familia que se encuentra en la parte superior.

De ellos, siete murieron cuando ya se había realizado el traslado, seis más que contaban con ventilación asistida murieron en la planta baja.

“El personal siguió el protocolo para el que han estado entrenados, hicieron lo correcto, lo que tenían que hacer”, apuntó.

El director del IMSS indicó que en el caso de las 16 personas que murieron la prioridad es el acompañamiento a los núcleos familiares y que continuarán trabajando en ello.

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