Agencia Reforma/EFE

Ante la imposibilidad de concluir el recuento total de votos en todas las entidades de la nación, Estados Unidos durmió anoche sin saber si Donald Trump se reelegía en la Presidencia o Joe Biden lo relevaba en el cargo.

Ninguno de los candidatos había obtenido el mínimo de 270 votos electorales para declararse ganador.

Los resultados hasta las 5:00 horas daban tendencialmente 238 votos electorales al demócrata Joe Biden, por 213 al republicano Trump.

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Cuatro estados del medio oeste quedaban pendientes de concluir recuentos de votos populares enviados por correo y que serían revisados entre este miércoles y el viernes 6. 

Dichos estados son: Pennsylvania, que significa 20 votos electorales; Georgia, 16; Michigan, 16, y Wisconsin, 10. Biden requeriría ganar dos de esos cuatro estados y Trump al menos 3 para obtener la victoria.

Joe Biden compareció a la medianoche ante simpatizantes para pedirles que tuvieran paciencia en la espera de resultados.

Aseguró que ganaría Pennsylvania y Georgia para obtener el triunfo. Minutos después, Donald Trump emitió un tuit donde se declaró ganador, aunque alegó que le querían “robar” la elección.

Una hora después dio un breve discurso en la Casa Blanca y afirmó que había ocurrido un fraude, pues se querían contar votos extemporáneamente. 

El republicano aseguró que había ganado ampliamente Pennsylvania, Georgia y Carolina del Norte; adelantó que acudiría a la Corte para defender su triunfo.

Trump pareció favorecido por millones de simpatizantes que salieron a votar ayer, en un voto oculto que las encuestas no advirtieron.

El actual Presidente sorprendió al aumentar sus posibilidades que minimizaban los sondeos. De los 12 estados clave, ganó en Florida, Ohio, Iowa y Texas.

Biden venció en Minessota y Arizona, con lo que se convirtió en el primer demócrata en llevarse ese estado fronterizo desde 1996. Además de California, el de mayor peso electoral, también ganó en Illinois y Nueva York.

Ambos candidatos obtuvieron triunfos predecibles en las primeras horas de la elección. Trump se quedó con estados como Kansas y Dakota del Norte, mientras que Biden amarró triunfos en Colorado y Virginia.

En cuanto al voto popular, a las 5:00 horas se mostraba apretado, con 50.0 por ciento para Biden, y 48.2 por ciento para Trump.

La jornada electoral inició con más de 100 millones de votos que ya se habían emitido por correo o de forma anticipada. El porcentaje de participación sería del 67 por ciento del padrón electoral, la proporción más alta que ha tenido el país en más de un siglo.

Candidatos y electores deberán esperar para conocer los resultados. Muchos estados facilitaron las votaciones por correo en medio de la pandemia de coronavirus y, por lo general, las boletas por correo toman más tiempo en procesarse que las presenciales.

Se estrecha disputa de Congreso

Los demócratas se encaminan para mantener el control de la Cámara de Representantes, mientras que se mantienen aún en disputa con los republicanos para alcanzar la mayoría en el Senado.

Los resultados preliminares apuntaron que los demócratas en la Cámara Baja estaban teniendo buen margen de victoria en los distritos más competitivos que ganaron en 2018, y trataban de hacer incursiones en suburbios de tendencia republicana.

De los 435 escaños en la Cámara Baja, hasta las 6:00 horas los demócratas sumaban 190 y los republicanos 181.

Eso indica que los demócratas retendrán el control de la Cámara de Representantes y que su líder, Nancy Pelosi, repetirá como la tercera autoridad del país.

Pese a que la victoria demócrata, cuando se complete el recuento, será previsiblemente más abultada, los republicanos por el momento han logrado arrebatar seis escaños que eran progresistas y frenar así la expansión que los de Pelosi daban por hecha. 

Los demócratas aspiraban a ganar hasta 15 escaños, pero les será difícil mantener su actual margen de 232 a 197, pese a las millonarias campañas en las que se enfrascaron. 

En el Senado por su parte, ambos partidos se encuentran en un empate con 47 escaños cada uno, pero las posibilidades demócratas para ganar una mayoría parecen muy pocas, ya que están por detrás en todos los escrutinios.

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