El 27 % de los 458.000 homicidios registrados en 2021 en el mundo se cometió en América Latina y el Caribe, que un año más siguió siendo la región más violenta del planeta, pese a que la tendencia generalizada sigue siendo a la baja, con excepciones en países como Ecuador, Nicaragua o Panamá.
En el año 2021, ocho de los diez países con las mayores tasas de este tipo de crimen en todo el mundo estaban en esta región, según los datos recopilados en el Estudio Global sobre Homicidios de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD).
Ese informe señala que Jamaica fue, con 52,13 asesinatos por cada 100.000 habitantes, el país del mundo con la mayor tasa de homicidios, mientras que Brasil, con 47.722 asesinatos (el 11 % del total mundial), según datos de 2020, fue el que tuvo el mayor número en cifras absolutas. Con ello, en Brasil se registra una media de casi 131 homicidios al día, o cinco cada hora.
“América Latina y el Caribe no sólo tiene sistemáticamente la tasa de homicidios más alta de todas las subregiones, sino que también tuvo la mayor proporción de homicidios relacionados con la delincuencia organizada en todo el mundo en 2021”, indica la ONUDD.
La situación es muy variada entre los diferentes países. Por ejemplo, la tasa de homicidios más alta en América Central en 2021, la de Honduras, fue siete veces mayor que la de Nicaragua. En Sudámerica, Colombia, la más elevada ese año, tuvo una tasa ocho veces más alta que la de Bolivia.
Con todo, el Estudio señala que la región ha experimentado en general una tendencia a la baja en las tasas de homicidios desde 2017, especialmente por la caída en Brasil.
Desde ese año hasta 2021, último del que se tienen datos completos, la tasa de homicidios en toda la región bajó casi un 14 %.
La evolución en ese periodo ha sido muy desigual.
Ha habido descensos más o menos marcados en países sudamericanos como Venezuela (60 %), Brasil (26 %), Perú (27 %), Argentina (13 %) o Paraguay (8 %).
También ha caído el número de homicidios en naciones de América Central asociadas históricamente con la violencia, como El Salvador (71 %), Belize (18 %) u Honduras (5 %), debido en estos casos, según la ONUDD a “agresivas intervenciones contra pandillas”.
En el caso de El Salvador, el estudio indica que el Gobierno atribuye esa caída a “las medidas enérgicas contra las bandas y al encarcelamiento de más de 61.300 presuntos miembros de bandas desde la aplicación del estado de excepción en marzo de 2022”.
En América central destaca la abrupta subida del 46 % en el número de homicidios en Nicaragua entre 2019 y 2021, sin que haya datos disponibles para 2020.
También es llamativa la evolución en Guatemala, donde entre 2017 y 2020 el número de homicidios bajó un 35 %, una evolución que cambió en 2021 al elevarse la tasa un 7 %.
En Panamá la tendencia al alza iniciada en 2017 se frenó el año pasado, con una reducción del 10 % en la tasa de homicidios.
En México, que en 2021 representó aproximadamente el 77 % de todas las víctimas de homicidios en Centroamérica, la tendencia a la baja iniciada en 2018 continuó el año pasado, con una caída del 10 %.
Al igual que en Brasil, el Estudio vincula esa caída con la llamada “pax mafiosa”, o la tendencia de los grupos criminales a reducir la violencia que ejercen cuando logran el dominio de un territorio.
Más preocupante ha sido la evolución en Ecuador, donde tras años de tasas de homicidio relativamente bajas, se ha registrado un aumento del 470 % entre 2016 y 2022, que la ONUDD atribuye a “la intensificación de la competencia violenta entre bandas rivales de narcotraficantes”.
Ecuador tuvo por primera vez en 2022 el índice más alto de homicidios de toda América del Sur, 27 por cada 100.000 habitantes. Ese año, el número de homicidios se duplicó respecto al 2021.
En Colombia, pese a que las tasas son ahora una cuarta parte respecto a los primeros años de la década de 1990, la tendencia a la baja iniciada en 2018 se revirtió en 2021, con una subida del 14 %, aunque el año pasado las cifras volvieron a estabilizarse.
Entre los países con subidas en la incidencia de homicidios en 2022 se cuentan Chile, con un 45 %, Uruguay (25 %), Bolivia (14 %) y Costa Rica (12 %).