Los países de la Unión Europea acordaron que los Estados miembro puedan restringir puntualmente la movilidad en las fronteras internas y externas de la Unión si la situación sanitaria lo requiere, pero se comprometieron a mantener abierto el espacio Schengen de libre circulación.

Estamos totalmente convencidos que tenemos que mantener las fronteras abiertas para mantener el buen funcionamiento del mercado interior, pero se pueden considerar restricciones en los desplazamientos no esenciales”, declaró el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, al término de una teleconferencia de líderes de los países de la UE.

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La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, señaló que “para mantener las fronteras exteriores e interiores abiertas, necesitamos medidas específicas que nos mantengan a todos a salvo“, y de ahí que se haya decidido “introducir una nueva categoría, rojo oscuro, donde el virus circula a un gran nivel” dentro de la UE.

A los ciudadanos que viajen desde esas zonas se les podrá exigir una prueba de diagnóstico negativa antes de salir y una cuarentena al llevar al país de destino y, además, “todos los viajes no esenciales deben de ser desincentivados enérgicamente”.

“Esto es dentro de la Unión Europea”, agregó Von der Leyen, que describió unos protocolos similares a los que ya aplica desde el indicio de las Navidades Bélgica, país que estudia prohibir los “viajes turísticos” y uno de los Estados miembros que más había presionado por poder limitar la movilidad en la UE.

Estas restricciones, no obstante, no deberían afectar a los trabajadores transfronterizos, si bien esa y otras medidas específicas, como si a esos viajeros que atraviesan diariamente una frontera para trabajar se les debe exigir un test, son aspectos que se debatirán “en los próximos días” y que deberán abordar los países concernidos.

En cualquier caso, la presidenta de la Comisión subrayó que es “absolutamente crucial” mantener el mercado interno abierto y evitar un cierre generalizado de la zona Schengen de libre movilidad, como ocurrió por primera vez en la historia la pasada primavera durante la primera ola de coronavirus.

La decisión de los Veintisiete, al calor del repunte de contagios en la UE ante la propagación de las mutaciones del virus, más contagiosas, vienen respaldadas por el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC).

Coincidiendo con el inicio de la reunión, esa agencia de la UE publicó un informe en el que llama a tomar medidas “más estrictas” y restringir viajes no esenciales ante la mayor capacidad de contagio de las nuevas cepas del coronavirus identificadas en Reino Unido, Sudáfrica, Brasil y Japón.

En cuanto a las fronteras exteriores de la UE, la Comisión Europea propuso “medidas adicionales” como que se les pueda exigir también una prueba de diagnóstico negativa a quienes ingresen en el espacio comunitario en “viaje esencial”.

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