El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, volvió a fustigar a Occidente con la petición de un mayor apoyo militar, acusando a los aliados de no tener suficiente “coraje” a la hora de defender Ucrania.

“Es imposible salvar a Mariupol sin otros tanques y aviones”, dijo el líder ucraniano, mientras el anuncio de la reanudación de las negociaciones llega tras tres semanas de reuniones presenciales entre las delegaciones de Kiev y Moscú, previstas hasta el miércoles en Estambul, luego de una llamada telefónica entre el mandatario ruo, Vladimir Putin, y su par turco, Recep Tayyip Erdogan.

Dejando de lado la petición de una zona de exclusión aérea -siempre considerada decisiva por Kiev para la resistencia y siempre excluida por la OTAN por las repercusiones de un enfrentamiento armado directo con Rusia-, el presidente ha pedido el envío urgente de cazas y artillería pesada, sin el cual no se puede ganar la guerra. Y, para ello, evocó el espectro de la caída de la ciudad convertida en símbolo del sitio, sofocada por semanas de bombardeos y con 200.000 habitantes atrapados y extenuados, pero aún capaz de repeler a los invasores.

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Sin nuevos y más decisivos suministros militares, advirtió Zelensky, Mariupol terminará inevitablemente en manos enemigas, abriendo a Rusia ese codiciado corredor con el que conectar las regiones bajo su control de Donbas y Crimea.

“Ucrania -subrayó amargamente su presidente- no puede derribar misiles rusos con rifles y ametralladoras”.

La apelación no escatima los tonos a veces provocativos a los que se han acostumbrado los aliados.

“¿Quién lidera la comunidad euroatlántica? ¿Sigue siendo Moscú, a través de la intimidación?”, preguntó Zelensky.

“El precio de la seguridad de Ucrania y Europa es bastante exacto: aviones y tanques, sistemas de defensa antimisiles y armas antibuque para nuestra nación. Estas son cosas que nuestros socios tienen, cubiertas de polvo en sus almacenes.

Todo esto sirve por la libertad no solo de Ucrania, sino de Europa”, insistió, reiterando que pidió “solo el 1% de todos los aviones de la OTAN y el 1% de todos los tanques”.

Un número que, en su retórica, vuelve a repetirse. “Hoy hablé con los defensores de Mariupol. Si tan solo aquellos que durante 31 días han estado pensando en cómo enviarnos aviones y tanques tuvieran el 1% de su coraje”.

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El líder de Kiev también comentó sobre la visita de Joe Biden a Polonia y las reuniones del presidente estadounidense con el gobierno de Varsovia. Charlas que, dijo, “han sido sobre lo que realmente necesitamos”. Aún así, Occidente continúa “jugando al ping-pong para decidir quién debe enviar los aviones”. Mientras pide armas, Ucrania vuelve a sentarse a la mesa con Rusia. Las conversaciones cara a cara entre las delegaciones, que aún no han sido encabezadas por el asesor de Putin, Vladimir Medinsky, y el ministro de Defensa de Zelensky, Oleksii Reznikov, siguen a semanas de reuniones diarias por videoconferencia para tratar de definir los detalles de un posible acuerdo para el alto el fuego. Negociaciones acogidas por Turquía, siempre al frente de los esfuerzos de mediación, como las del 10 de marzo entre ministros de Exteriores en Antalya.

Por primera vez desde el comienzo del conflicto, Zelensky concedió una entrevista a los medios rusos, en su mayoría de la oposición, que de inmediato se convirtió en un caso.

Los reporteros con los que habló durante una hora y media por videoconferencia -el editor en jefe de Meduza, Ivan Kolpakov, el editor en jefe de Dozhd TV, Tikhon Dzyadko, el escritor y periodista Mikhail Zigar y el corresponsal de Kommersant, Vladimir Solovyov- habían prometido publicar la conversación completa, sin censura.

Mientras tanto, llegó el temido “niet” (no) del regulador de Moscú, que advirtió a los medios de comunicación de transmitir o publicar las declaraciones del líder de Kiev, abriendo una investigación contra los periodistas implicados. Pero por la noche, en el sitio de la oposición Meduza, con sede en Letonia, apareció la entrevista completa, con video completo, bajo un título inequívoco: “Esto no es solo una guerra. Es mucho peor”.

El líder ucraniano le dijo, entre otras cosas, que la cuestión de la “neutralidad” de Kiev está “considerada cuidadosamente”.

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