Sergio Checo Pérez ha hecho de la constancia la clave maestra para permanecer en la élite de la Fórmula 1 durante doce años. El mexicano, que en esta temporada ganó ya el Gran Premio de Arabia Saudita y subió al podio en Baréin, ha conseguido un hito más que lo posiciona en la élite de este deporte. Con los 25 puntos que sumó en Arabia, Checo se ha metido en la selecta lista de los diez pilotos que más puntos han hecho en la historia del circuito automovilístico más prestigioso del mundo.

El mexicano sumó un total de mil 244 puntos en el último GP y superó de este modo a Jenson Button (que tenía mil 235). De ese puntaje, han sido 538 los que ha cosechado en Red Bull, su actual escudería. Además, Pérez tiene muy cerca a su siguiente competidor en la lista: Daniel Ricciardo, reserva en su misma escudería, que tiene mil 311 puntos, por lo que es cuestión de tiempo para que también lo supere. Pero no todo puede ser felicidad para el tapatío: de esa lista de diez pilotos, él es uno de los que nunca han sido campeones —los otros son Valtteri Bottas y el propio Ricciardo—.

Checo se ha fijado esa meta con obsesión y desde el principio de la temporada estableció 2023 como el año para lograrlo: “Creo que va a ser muy importante poder ser competitivos como fuimos al inicio de la temporada, que estemos peleando por victorias cada fin de semana, esa va a ser la clave. Haremos los suficientes puntos para ser campeones, es mi objetivo esta temporada. Queremos dar los siguientes dos escalones esta temporada”, dijo a Fox Sports previo al arranque de la actual temporada. La tensión interna en Red Bull, sin embargo, ha ido escalada y más con episodios como la no felicitación del padre de Max Verstappen, su coequipero, tras ganar en Jeddah.

“Siempre muestran las imágenes equivocadas. Checo se baja de su auto y quiere celebrar con sus mecánicos, lo cual es bastante normal. Y mi padre simplemente no pertenece allí, por eso no salta allí como un idiota. Creo que eso es normal, solo que algunas personas lo ven diferente. Eso está bien, entonces simplemente no lo ves de esa manera. El punto es que nos preocupamos por nosotros mismos y no por lo que el mundo de Twitter piense al respecto”, explicó sobre la situación Max Verstappen ante los medios.

Checo Pérez no puede estar lejos de la élite si con hechos se ha probado que pertenece ahí, pero también es un hecho que no ser campeón del mundo es la gran piedra en el zapato que el mexicano lleva consigo. El 2023 pinta como un año clave. La apuesta de Red Bull todavía parece inclinarse hacia Max Verstappen, y esa sería la movida más lógica, tomando en cuenta que el neerlandés es un piloto que puede competir durante muchos años más y que ya ha demostrado con dos mundiales que es garantía de éxito, mientras Checo cada vez se acercará más a la curva descendente de su carrera (aunque él ha repetido varias veces en las últimas semanas que se siente con el apoyo necesario para ser campeón mundial). En ese sentido, a Red Bull no le convendría en lo más mínimo no darle el lugar que él reclama, aunque lo haga ya sin ningún tipo de pudor.

Verstappen ya ha entrado en una guerra sucia en la que lo más importante para él es mantener su lugar a toda costa, y para eso no ha escatimado en menosprecio mediático y directo, como no querer ceder su lugar cuando Pérez todavía peleaba por el subcampeonato el año pasado. De esas chispas todavía no nace un consecuencia tangible, porque Red Bull sigue siendo la escudería dominante en la Fórmula 1. Pero la tensión puede cortarse por un hilo. Y cuando finalmente todo estalle, Red Bull tendrá que tomar una decisión. Ninguno de los dos quiere ser segundo. Y Checo Pérez, en particular, no está dispuesto a sólo ser recordado como un piloto de élite que no pudo ser campeón.

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