La compra de una residencia de 12 millones de pesos por parte de la rectora de la Universidad Veracruzana, Sara Ladrón de Guevara y que se hiciera pública, ha causado indignación entre la comunidad universitaria, quienes reprocharon la opulencia con la cual ha encabezado su gestión la rectora, incluso muy superior a la de Víctor Arrendo Álvarez.
En las redes sociales académicos, investigadores, estudiantes y trabajadores técnicos de la UV han hecho hincapié en la austeridad en la que se vive en la máxima casa de estudios, muy distinto a la capacidad económica de la rectora.
Estudiantes reprocharon que mientras en las aulas no hay bancas suficientes, los baños no sirven o no se instalan ventiladores, por el contrario, la rectora puede darse el lujo de comprar una mansión en Xalapa, incluso han hecho público que compañeros suyos que estaban de intercambio en otros países han sido abandonados sin el pago correspondiente de sus becas.
De igual forma académicos, reprocharon que existen bonos pendientes de pago por parte de la Universidad Veracruzana, y se les ha solicitado la cooperación en lo que se regula la situación, y total contrasentido la rectora Sara Ladrón de Guevara da un ejemplo de opulencia.
El personal técnico-administrativo reprochó también el atraso en el pago de algunas prestaciones sindicales desde hace casi dos años que no han sido cubiertas, y que en ocasiones ellos deben poner de sus recursos para poder sacar su trabajo adelante en las oficinas, y mientras tanto la rectora puede adquirir una residencia de 12 millones de pesos.








