Cuba se ha convertido en “una isla de ancianos, donde los jóvenes se van o se queman”, según el cineasta cubano Carlos Lechuga, tal como lo refleja en su película “Vicenta B.”, presentada hoy en el festival de cine de San Sebastián.

El título de la película, a concurso en la sección Horizontes Latinos, alude a Vicenta Rosa Rodríguez Benítez, su abuela, echadora de cartas en quien se inspiró para la protagonista de la cinta, interpretada por Linnett Hernández.

Una joven que busca a Vicenta, cuyo hijo se va de Cuba, para echarle las cartas decidirá quemarse.

Anuncios

“Es una película de madres solas donde los hijos se van o se queman. Los cubanos se están yendo y los que están dentro, están presos. Pido por la libertad de los presos políticos en Cuba”, declaró en la presentación de la película.

“El mayor daño que ha ocurrido en Cuba -prosiguió- es un daño a las familias. Han separado a las familias, a los ancianos de los jóvenes, porque los jóvenes no tienen posibilidad de nada dentro de la isla”. Lechuga (La Habana, 1983) fue a sus raíces, a la historia de su abuela, porque pensó, cuenta en entrevista a ANSA, que era la “única manera de hacer otra película” después del “proceso policial de tres años de censura” por el que cuenta que pasó tras su anterior película, “Santa y Andrés” (2016).

En ella, una chica vigila a un novelista gay puesto bajo arresto domiciliario por su orientación sexual e ideológica.

“A las tres semanas de hacer la anterior película tenía a una persona vigilándome en casa, como en la película. Mi película se convierte en mi realidad”.

Al igual que en “Vicenta B.”, en la que el hijo de la protagonista se va de Cuba, el propio Lechuga lo hizo en febrero pasado, trasladándose a España, después de haber rodado la cinta en la isla.

“Estuve hasta el último momento tratando de no irme”, señala, pero “Cuba se fue antes de que yo me fuera”, y dice que el 11 de julio del año pasado, durante las protestas en la isla, “cayeron muchas cortinas”.

Por un lado “la dictadura mostró que está dispuesta a lo que sea” y “la mayoría de los disidentes se fueron del país”.

A su juicio, “ahora eso se enfrió y no va a pasar nada durante muchos años”.

El pueblo “está ahora muy dividido. Si hay algo que la Revolución ha sabido hacer es dividirnos”.

Además, “ahora, los Padilla, los artistas, están en la cárcel”, dice aludiendo al caso de Heberto Padilla, “sin que haya un Vargas Llosa o un García Márquez que los saque”.

Para Lechuga, “la izquierda global traicionó a Cuba después del 11 de julio. La izquierda se hace la ciega y la sorda, no quiere ver lo que pasa”. En su próxima película Lechuga retratará a un inmigrante cubano en Barcelona que empieza a desaparecer, jugando con un cine de género, “pero manteniéndome en el cine social”.

Esta vez, su realidad se convierte en su película, aunque espera “no desaparecer” justo ahora que va a ser padre. 

Publicidad