Desde su juventud se definió como un hombre a quien le gustaba tirar flechas a la luna. Pero quizá ese carácter soñador y aventurero, es el que le lleva a repetir un estilo rompedor. Nomen est omen (nombre es destino), decían los antiguos. Y Dante Delgado puede ser, de nuevo, presa de su personalidad autoritaria y de su delgada tolerancia a todo aquello que no se acomoda a sus intereses. Parece un ser condenado al eterno movimiento, más que a hacer huesos viejos en un proyecto al que se tenga que sumar.
Haciendo gala de ese estilo vuelto costumbre, rompió con Ernesto Zedillo cuando este no estuvo de acuerdo con sus personalísimos esquemas para afrontar el movimiento zapatista en Chiapas. Así rompió con el Peje el año pasado, cuando no pudo influenciar a su gusto en el proyecto de López Obrador. Entonces decidió irse a una frágil aventura con Ricardo Anaya y su frente topador de paredes rocosas.
En ese entorno de política multicolor, muy poco pudo influir en campaña, en encuestas y en la gente de a pie. Su destino, que se comprobará el primero de julio próximo, se dibujó en el editorial DANTE: ¿FRENTE O PUERTA DE ATRÁS?, que Palabras Claras publicó desde el 7 de septiembre de 2017. Entre otras cosas, ese día se afirmó lo siguiente:
“Quienes esperaban ver a Dante Delgado Rannauro como una de las figuras a seguir durante el proceso electoral 2018 en Veracruz, parece que al final se quedarán con las ganas.”
“Durante las últimas semanas, los miles de simpatizantes que le ven posibilidades para buscar mejores posiciones en el estado de Veracruz, sólo observan una serie de historias de desencuentros y despropósitos…”
“Porque, todo mundo se está preguntando el extraño giro de Dante, que no es a la derecha o a la izquierda, sino más bien, un movimiento para continuar girando por el país entero.”
“Nadie en Veracruz, encuentra un sentido o explicación a semejante decisión de un político que, hasta ahora, ha sabido caminar con éxito en la lucha por el poder. A muchos parece un extraño retorno. Cuál es el fin, sólo él lo sabe.”
“Pero lo que no se entiende, es si Dante, como parte de este Frente creado con el PAN y el PRD, vendrá a apoyar y levantarle la mano a Miguel Ángel Yunes Márquez al finalizar la elección a gobernador en 2018, en reciprocidad al viejo agravio que le hiciera su padre a finales de 1996. Algo inexplicable para los pensadores veracruzanos.”
“No es muy claro el panorama. Parece que el asunto esta vez enfila al flechador, a que se vaya sin dar en el blanco y a salir por la puerta de atrás.”
El dos de julio iniciará la marcha de Dante del penoso y fallido proyecto anayista por la presidencia de la república. Porque su senaduría (que obtendrá Dante de esa loca aventura), ya la tenía segura con su partido, sin mancharse con la suciedad del niño maravilla de las mentiras.
Y puede pasar lo mismo con el triunfo de Enrique Alfaro en Jalisco. Pudiera ocurrir que ante la fuerza de este político que lleva cargando a MC y a Dante en esa zona, ya como gobernador electo, el jalisciense quiera alzar la voz e imponer condiciones.
Y como eso no es admisible en el mundo unipersonal de Dante, es muy probable que este deje la plaza y emprenda otros derroteros.
En Jalisco, la fuerza política la tiene el casi seguro gobernador electo, que no quiso sumarse realmente al dantesco frente con Ricardo Anaya. Incluso, cuando esa coalición se estaba formando, señaló que había riesgo real de que ese frente no pudiera consolidarse. Tampoco debe olvidarse que hace pocos meses, Alfaro declaró a los medios lo siguiente: “Por fortuna, soy dueño de mi carta. Yo no dependo de lo que diga un partido o no. Yo dependo de lo que diga mi conciencia”.
Debe reconocerse que en ese estado occidental, más que movimiento naranja, lo que existe es un creciente “alfarismo”, un movimiento político y social que desde hace años lleva a la eficacia y a la honestidad como estandartes de batalla.
Quien sabe si Dante haya acertado flechas en ese escenario de congruencia y solidaridad política y ciudadana, que de continuar así, pudieran restarle interés al Movimiento Naranja y a su dueño.