Xalapa, Ver.- La violencia generalizada manifestada en asesinatos, secuestros y asaltos, la imposición de la agenda de género y del pensamiento único están vaciando de espiritualidad y de racionalidad la vida de occidente, aseveró la Arquidiócesis de Xalapa a través de su comunicado dominical.

Consideró que frente a los estragos que la cultura de la muerte está dejando a todos en estos últimos tiempos de crisis, descomposición social y sin rumbo, los creyentes están llamados a responder con esperanza y con una actitud positiva a través de diferentes acciones que  ofrece la cultura de la vida.

“No podemos ni debemos quedarnos paralizados frente a lo que está sucediendo en estos tiempos turbulentos”, añadió.

La iglesia lamentó que haya un desprecio “terrible por la vida”, se estén invirtiendo los valores, se ataque a la familia y que se cierren las puertas a la trascendencia por lo que, los desafíos  son gigantescos.

Así, dijo que resulta alentador encontrar cada vez más organizaciones civiles, grupos, asociaciones y personas en general que comulgan con la causa de la vida y la promoción de las instituciones familiares que la historia de la humanidad ha dejado como un patrimonio valioso que nos da identidad y ha dejado tantos beneficios.

“En el estado de Veracruz las agrupaciones y asociaciones civiles humanistas se han organizado de manera creativa para defender y promover la vida, el matrimonio y la familia”, dijo.

Añadió que, a nivel nacional e internacional se ha reconocido que la Iglesia es la única institución que se opone a la antropología marxista y a la cultura de la muerte.

“Nos anima saber que esta labor milenaria de la Iglesia, que se ha asumido con espíritu apostólico en los últimos años,ha motivado también el compromiso y el liderazgo de muchos hermanos para frenar los ataques oficiales a la vida, las instituciones familiares y las libertades fundamentales”, apuntó.

Acusó que, el aparato oficial utiliza cifras inexistentes y genera una percepción diferente, pero el pueblo está en contra del aborto y de la ideología de género que promueve desde las instituciones de gobierno una serie de programas y medidas que afectan seriamente el matrimonio y la familia.

“La Iglesia y las asociaciones civiles se mantendrán con esta agenda permanente para construir la cultura de la vida y recordarle a nuestros gobernantes que no pueden pisotear los valores de nuestro pueblo”, concluyó.

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