En un intento por presionar al Gobierno demócrata de Joe Biden para modificar sus políticas migratorias, gobernadores republicanos de cinco estados anunciaron el envío de soldados estadales y de la Guardia Nacional a la frontera con México, para atender la supuesta “crisis” en el sur del país norteamericano.

La gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, dijo este miércoles que unos 50 efectivos de la Guardia Nacional a su cargo ayudarán a las fuerzas del orden de Texas a “luchar contra los efectos de la crisis fronteriza”, a la que catalogó como un asunto de “seguridad nacional”.

“La Administración de Biden ha fallado en proteger la frontera de la entrada ilegal [de migrantes]”, declaró Noem en un video publicado en su cuenta de Twitter.

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Como resultado de las políticas implementadas por Biden, “miles de extranjeros ilegales están entrando” a EE.UU., lo que habría tenido como consecuencia un mayor trasiego de drogas desde México, aseveró la gobernadora.

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El despliegue de 50 soldados de la Guardia Nacional durará entre 30 y 60 días, según informó el Gobierno de Dakota del Sur en un comunicado de prensa.

La agencia de noticias AP detalló que el costo del despliegue de tropas fue asumido por la fundación privada Willis y Reba Johnsons, conocida por apoyar financieramente al expresidente republicano Donald Trump (2017-2021).

Cuatro gobernadores se suman

Por su parte, el gobernador de Arkansas, Asa Hutchinson, anunció el martes que, en respuesta a la solicitud del gobierno de Texas, enviará a 40 miembros de la Guardia Nacional con el objetivo de mejorar “la seguridad” y reducir “el impacto adverso de la inmigración ilegal”.

Al pedido de ayuda de Texas también acudieron los gobernadores de Florida, Ron DeSantis; de Nebraska, Pete Ricketts; y de Iowa, Kim Reynolds.

DeSantis anunció a mediados de junio que “agentes del orden público estadales y locales” se desplegarán en Texas y Arizona para apoyar en la respuesta a la “crisis fronteriza”. Por su parte, Ricketts autorizó el envío de 25 soldados de la Patrulla Estatal de Nebraska para desplegarse en la ciudad texana Del Río. En tanto, Reynolds confirmó el envío de agentes de Iowa a la frontera sur estadounidense.

Las políticas de Texas

Los gobernadores republicanos se han sumado a las acciones lideradas por su correligionario Greg Abbott, quien emitió en Texas una declaración de desastre por la situación en la frontera sur y autorizó recursos para continuar con la construcción del muro en la línea limítrofe con México.

Con esa declaración, el gobernador texano adquiere facultades para utilizar “recursos y estrategias para combatir el flujo continuo de inmigrantes ilegales”. De momento, 28 condados del estado se han sumado a la declaratoria de desastre y podrán unir esfuerzos para llevar a cabo detenciones por “delitos relacionados con la crisis fronteriza”.

El pasado 16 de junio, Abbott anunció la autorización de un “pago inicial” de 250 millones de dólares para la construcción de un muro fronterizo entre ese estado de EE.UU. y México.

“A través de este esfuerzo integral de seguridad pública, aseguraremos la frontera, frenaremos la afluencia de inmigrantes ilegales y restauraremos el orden en nuestras comunidades”, apuntó.

En respaldo a los gobernadores republicanos, Trump manifestó su apoyo a Abbott este miércoles, durante un evento realizado en una sección del muro fronterizo cerca de la ciudad de Weslaco, en el sur de Texas.

“En solo cinco meses, la Administración de Biden ha hecho todo lo posible para revertir la estrategia fronteriza del expresidente Trump”, dijo Abbott, agregando que las “políticas de frontera abierta” impulsadas por el mandatario demócrata “han provocado un desastre”.

Cambio de política

El Gobierno de Biden, ciertamente, ha dado marcha atrás a las políticas migratorias de Trump.

En estos cinco meses, el nuevo inquilino de la Casa Blanca comenzó por firmar una orden ejecutiva para eliminar la declaratoria de emergencia nacional en la frontera con México, medida que en su momento le permitió a Trump conseguir fondos para financiar la construcción del muro.

Asimismo, el mandatario demócrata puso fin al programa de Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés), mediante el cual miles de personas fueron enviadas a México para esperar ahí la resolución de sus peticiones de asilo.

Como parte de estos esfuerzos, el Departamento de Seguridad Nacional anunció un plan para procesar gradualmente los casos de migrantes deportados al país vecino bajo ese programa.

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