Jorge Ricardo/Agencia Reforma

Los apoyos gubernamentales para jóvenes que no estudian y no trabajan pueden estimular la deserción escolar. La razón, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), es que se les entrega más dinero que a quienes ya están en las aulas.

En su Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2020, presentado ayer, el Coneval compara los programas Jóvenes Construyendo el Futuro -que promueve la capacitación laboral de personas entre 18 y 29 años- y Jóvenes Escribiendo el Futuro -que entrega becas para estudiantes de Educación Superior-.

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El primero otorga 4 mil 310 pesos mensuales a jóvenes que no estudian y tienen capacitación como aprendices, y el segundo reparte 2 mil 400 pesos al mes a estudiantes universitarios. Construyendo el Futuro da el apoyo por 12 meses, y Escribiendo el Futuro por 10 meses del ciclo escolar.

“Esto podría ocasionar que un sector de esta población se decante por el programa que ofrece el mayor monto, en este caso el Programa Jóvenes Construyendo el Futuro, y derive en la deserción escolar al tratarse de un incentivo económico más alto”, consideró el Consejo.

El Coneval también señaló que Jóvenes Construyendo el Futuro carece de mecanismos para asegurar que la capacitación les permita conseguir una mejor vida.

Cada beneficiario que no estudia y está en capacitación de aprendiz recibe más dinero que sus pares que sí van a clases. Foto: Grupo Reforma

“El programa ofrece una vinculación temporal por 12 meses con un apoyo mensual para recibir capacitación en un centro de trabajo, pero carece de mecanismos para garantizar que la capacitación de los beneficiarios sea adecuada o suficiente para mejorar sus condiciones de empleabilidad”, sostuvo.

Al revisar los programas sociales de la actual Administración, el Consejo advirtió que no son integrales y que se han enfocado sólo en la transferencia directa de dinero, más que en la prevención y mitigación de riesgos, por lo que no hay garantía de que los beneficiarios salgan de la pobreza.

Por ejemplo, refirió, los programas enfocados en niños, como el de apoyo para los hijos de madres trabajadoras y el de becas para la educación básica sólo transfieren recursos monetarios.

“No es posible asegurar que los apoyos económicos de estos programas sean suficientes ni que se utilicen para atender las necesidades específicas de este grupo”, sostuvo. 

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