Con la excusa de que la pandemia del Covid-19 ha impedido entregar en tiempo y forma la Cuenta Pública 2019, el Órgano de Fiscalización Superior de Veracruz (ORFIS) duerme con la señora Delia González Cobos, contando con la complicidad e ignorancia de los diputados morenistas del Congreso de Veracruz.

En los más de dos años de este gobierno los veracruzanos desconocen cómo es que este gobierno permite el abuso de asignaciones directas en obras, en proveeduría de bienes y servicios, aumento de aviadores en las secretarias de despacho, subejercicios constantes y el opaco manejo en todo lo relativo a la creciente deuda pública estatal.

Pero todo tiene una explicación. Desnudar las mentiras, el robo y desvío del dinero público en Veracruz sería traicionar el proyecto lopezobradorista que busca consolidar su estrategia política obteniendo una mayoría en la diputaciones federales y locales el 6 de junio próximo.

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Por ello la señora Cobos, al rendir su “informe” ante la Comisión de Vigilancia del Congreso del Estado, solo se dedicó a revivir los presuntos desvíos de recursos del gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares para despistar la atención de la peste que envuelve al gobierno cuitlahuista.

En los hechos, no en la ilusión del Derecho, el ORFIS Veracruz ni es fiscalizador ni es autónomo. Solo ha servido para incrustar a un montón de amigos, compromisos y familiares “transformadores” que están atentos a que los días 15 y 30 de cada mes les depositen el salario que han devengado por su ignorante obediencia. El único requisito que piden allí es que cuenten con trayectoria mediocre y poco conocimiento de la profesión que ostentan y de lo que ocurre en el mundo.

Y para muestra un botón. El 20 de marzo de 2016, cuando Cuitláhuac García Jiménez presentó la documentación para registrar su candidatura a la gubernatura por MORENA ante el OPLE, la actual auditora del ORFIS estaba a su lado, atrás la diputada Rosalinda Galindo, acompañando a Citlalli Ibáñez Camacho -conocida en la farándula como Yeidckol Polevnsky- y la ahora secretaria de energía Rocío Nahle.

La peste de la incompetencia cuitlahuista está causando más daño que la epidemia de coronavirus.

¿Autonomía, complicidad? “Nosotros no somos iguales” dicen los de la 4T, y sí, no son iguales, parecen que son peores.

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