El Pontífice indicó que no es un bien de consumo; hizo un llamado a la Iglesia para que no sea una “super clínica VIP”

El papa Francisco defendió este sábado en el Vaticano que la salud “no es un bien de consumo, sino un derecho universal” y por tanto, el acceso a los servicios sanitarios no puede ser un “privilegio de unos pocos”.

“La salud es negada en diversas partes del mundo y en muchas regiones de África. No es un derecho para todos, más bien a veces es un privilegio para unos pocos, para aquellos que pueden permitírselo”, señaló.

“El acceso a los servicios sanitarios, a las curas y a los fármacos es todavía un milagro. Los más pobres no pueden pagar y son excluidos de los servicios hospitalarios, incluso de los esenciales y primarios”, agregó.

El papa criticó que en África “muchas madres mueran durante el parto y muchos niños no superen el primer mes de vida a causa de la malnutrición y de las enfermedades”, y sostuvo que en el continente es necesario un “acompañamiento paciente y continuado, tenaz y competente”.

En el ámbito religioso, Francisco hizo un llamamiento para que la Iglesia no sea una “super clínica VIP”, sino un “hospital de campo”, una Iglesia “con un corazón enorme, cercana a tantos heridos y humillados en la historia, al servicio de los más pobres”.

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