Cerca de 30 organizaciones ambientales de diversas naciones de América Latina lanzaron un vehemente llamado al gobierno mexicano para salvar a la vaquita marina, uno de los cetáceos más pequeños del mundo, en riesgo inminente de desaparición en su santuario en aguas del noroeste del país.

Las ONGs, entre las que figura el Centro de Conservación de Ballenas en Chile, Promar de Costa Rica, la Fundación Malpelo de Colombia y One Health de Ecuador, apremiaron a las autoridades mexicanas para que revoquen un nuevo decreto vigente desde el 9 de julio pasado que atenúa la prohibición de pescar en esta reserva.

Bajo los términos del acuerdo, puede haber un máximo de 65 embarcaciones capturando en la llamada Zona de Tolerancia Cero, además de que se cancela la prohibición de tránsito para embarcaciones en la región.

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Las medidas fueron adoptadas para poner fin a un largo y desgastante conflicto pesquero, pero a cambio de poner de nuevo en riesgo a la vaquita marina, una especie única en el mundo, que se encuentra en “peligro crítico”.

Las acciones del gobierno “tienen como consecuencia la licencia para el tránsito en la zona de mayor concentración de vaquitas marinas, lo que derivaría en su pronta extinción”, señala la carta suscrita por las organizaciones defensoras del medio ambiente.

La decisión de suavizar la veda contra el mamífero marino “más amenazado del mundo” fue cuestionada por personalidades ampliamente conocidas de la esfera mundial, como el famoso actor estadounidense Leonardo DiCaprio, protagonista de “Catch me if you can” como “Titanic”.

Di Caprio señaló a través de Twitter, que las 10 vaquitas marinas que se calcula todavía quedan vivas “morirán entre las redes de pescas”, como consecuencia de la decisión de las autoridades aztecas.

El también ambientalista llamó a sus seguidores en Instagram a inundar de mensajes al Congreso Mundial de la Naturaleza (UICN) solicitando “que tomen medidas para ayudar a proteger a las vaquitas insistiendo en que el gobierno mexicano restablezca la prohibición de pesca” apoyando “los esfuerzos de conservación”.

También solicitó donativos para las agrupaciones Vaquita CPR y Earth League International.

Alejandro Olivera, representante en México del Centro para la Diversidad Biológica, consagrado a la protección de especies en peligro de extinción, señaló que la decisión del gobierno mexicano representa “una vergüenza internacional”. La vaquita marina (Phocoena sinus) es una marsopa de tan solo 1,5 metros, endémica del Mar de Cortés en el Alto Golfo de California en México, que ha experimentado en las dos últimas décadas una drástica disminución de su población.

Se estima que solo quedan unas 10 según estimaciones científicas, contra 30 de hace apenas unos años.

El mamífero ha venido desapareciendo porque suele quedar atrapado en las redes de enmalle con las que se pesca ilegalmente la totoaba, un pez también está en peligro crítico cuyas vejigas se cotizan a precios exagerados en el mercado asiático debido a sus supuestas propiedades curativas, especialmente para elevar la libido.

En 2017, el gobierno mexicano estableció una zona de “tolerancia cero” para proteger a la vaquita de la pesca ilegal, pero repentinamente este año decidió flexibilizar las medidas debido a que pescadores pobres de la región realizaron diversas protestas porque se les impide realizar sus labores.

Olivera reconoció que la pesca “sigue estando prohibida” en el santuario, pero lo que ahora se hace es adoptar una medida “bastante arbitraria” que es “confusa y logísticamente imposible”.

La eliminación de la veda fue acordada por el director del Instituto Nacional de la Pesca, Pablo Arenas, que recibió la luz verde de la Comisión de Mejora Regulatoria.

Bajo la nueva regulación, la secretaria de Marina realiza cada dos días un patrullaje en la zona de tolerancia cero para invitar “a los pescadores ilegales a irse de la zona” sin realizar arrestos ni confiscar redes, aunque se dice que se usarán drones para vigilar la pesca ilegal, lo que en la práctica no sucede, señaló Arenas. 

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