Aunque tener migraña no es incompatible con el trabajo, es cierto que sufrir una crisis limita el desempeño de la tarea y requiere que la persona afectada se ausente de su puesto hasta que haya pasado. En el Día Nacional de la Cefalea, recomendaciones a las empresas y compañeros sobre cómo tratar a un trabajador o trabajadora con migraña.
Uno de cada siete trabajadores sufre migraña, según datos que maneja la Asociación Española de Migraña y Cefalea (AEMICE), que ha lanzado la guía “La migraña en el trabajo. Claves para promover un entorno laboral más inclusivo para personas con migraña”, en la que han participado un comité editorial de expertos de diferentes disciplinas (neurólogos, enfermeras, médicos de familia, especialistas en recursos humanos y pacientes).
La migraña (un 15 % de prevalencia) y la cefalea tensional (más del 60 %) son los dos tipos de cefaleas más frecuentes entre más de doscientas, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN). Junto a las cefaleas en racimos son las dolencias que pueden ser crónicas.
“Esta cronicidad es especialmente habitual en el caso de la migraña, ya que más del 50 % de los pacientes españoles que padecen una cefalea crónica, padecen migraña”, según el doctor Pablo Irimia, coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la SEN.
Cefalea define cualquier tipo de dolor de cabeza que puede ser tanto un síntoma de otra enfermedad, algo que un 89 % de la población masculina y un 99 % de la femenina asegura padecer o haber padecido en algún momento de su vida, informa esta sociedad médica.
¿Qué es la migraña?
“Migraña no es sufrir un simple dolor de cabeza”, señala la guía de AEMICE. “Se manifiesta en forma de dolor de cabeza intenso y, en ocasiones, pulsátil, como si se sintieran los latidos del corazón en la cabeza, de intensidad moderada o severa que suele aparecer en un lado de la cabeza”.
También puede ir acompañada de alteración de la sensibilidad a la luz, al sonido, a los olores, así como náuseas y vómitos.
La migraña se presenta en forma de ataques o crisis que pueden durar entre 4 y 72 horas. La frecuencia de estas crisis es variable, pudiendo oscilar entre uno al año y varios por semana.
Recomendaciones para abordar la migraña en el trabajo
El 62 % de las personas con migraña se sienten estigmatizadas en el trabajo y piden más apoyo a empresas y trabajadores, apunta AEMICE.
Para facilitar la inclusión laboral de las personas con migraña, esta asociación recomienda a las empresas:
- Preguntar al trabajador o trabajadora cómo ayudarle.
- Facilitar al máximo entornos para prevenir y reducir la hipersensibilidad a la luz.
- Promover las zonas de trabajo silenciosas.
- Crear espacios ventilados, libres de olores fuertes.
- Potenciar fórmulas que permitan el teletrabajo.
- Facilitar modelos de flexibilidad horaria.
- Evitar trabajos a turnos u horario nocturno.
- Dar a conocer el Servicio de Prevención de la empresa.
- Crear programas de educación para la salud.
- Tener información sobre la migraña y hacer pedagogía sobre su impacto.
- Valorar la posibilidad de cambiar al afectado de puesto de trabajo.
¿Cómo ayudar a mi compañero/a durante una crisis de migraña?
La guía ofrece algunas pistas que pueden ser útiles para dar apoyo y facilitar un mejor entorno de trabajo:
- Transmitir que le crees.
- Evita los posibles desencadenantes de la migraña como fragancias fuertes, velas perfumadas y productos de limpieza o exceso de ruido y música fuerte.
- Reconoce las cualidades de la persona al no ser fácil vivir con esas limitaciones.
¿Cómo controlo mi migraña?
La guía de AEMICE también da consejos para que la migraña afecte lo menos posible a la vida laboral:
- Controla el estrés.
- Programa tus tareas.
- Adapta tu espacio de trabajo.
- Bebe con frecuencia y come sano y fuera de tu zona de trabajo.
- Da a conocer tu enfermedad en el entorno laboral.
- Felicítate por las pequeñas victorias.
- Sigue las pautas de tu equipo sanitario.
- Contacta con asociaciones de pacientes.