Hace pocas semanas acudimos al concierto del maestro Ernesto Lunagómez en la Escuela Industrial para Señoritas en Xalapa. Es un compositor y guitarrista clásico que se ha presentado en importantes escenarios internacionales y está catalogado entre los mejores de su generación en el mundo. Además de brillante ejecutante de este instrumento, es docente en la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana, profesor de música en la escuela primaria Joaquín H. Servín Andrade,  y en sus horas libres da clases particulares a varios grupos de alumnos jóvenes. En dicho concierto de música culta pudimos conocer su faceta de cantante de rock. Sus composiciones en guitarra se encuentran en todas las plataformas digitales de música. Esta es la entrevista que gentilmente ha concedido a Palabras Claras.

Háblanos de tus primeros años y cómo fue que te convertiste en músico profesional

Desde que yo recuerdo, siempre he tenido la necesidad del arte, ya sea de pintar, de dibujar o de tocar música. No fue un suceso familiar el que me llevó a la música, sino que en mí, la necesidad viene de adentro. Y sí, efectivamente, tengo un padre que toca la guitarra y maravillosamente el requinto, y por parte de ambas familias materna y paterna también se da la cuestión de la música, pero de todos, soy el único que se decidió a hacerlo de manera profesional, con estudios superiores, y primordialmente, es el rock lo que me lleva a decir “Sí, yo quiero ser un músico profesional”, y debo reconocer que con influencia de los Beatles y otras bandas británicas pude componer una obra que ya conocen en varios países, y que se llama Rock soul.

Y debo confesar que alguna vez tuve esta reflexión: “¿Puedo vivir sin la música? No. Entonces, de la música me sacarán con los pies por delante”.

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¿Cómo guitarrista, qué satisfacciones puedes compartir con los lectores?

He logrado muchas cosas que no me imaginaba, para mí era como sueño o utopía, pero cuando me enfoqué en la guitarra clásica llegué a pensar, “cuando yo tenga unas horitas en un lugar, me doy por bien servido” y recordaba que Charly García fue el que dijo “si tengo para el sándwich y la coca, es más que suficiente”. Y es un pensamiento un poquito pobre, pero honestamente lo que llegó después fue gratificante, me acuerdo que el primer concierto que di fuera de México, fue el de Brasil en el 2010. Nunca había salido del país y estaba yo en Sao Paulo con la sala llena, era una cosa que realmente en el momento que me senté y empecé a tocar las primeras notas, lo único que se me vino a la mente fue mi infancia y el momento de la adolescencia en que yo soñaba con conquistar un escenario fuera de mi país, y que la gente me reconociera. Un amigo venezolano que en paz descanse, que estuvo ahí, me dijo que el teatro se caía, y es que el brasileño tiene mucha algarabía y es gritón y se para, y hace un bullicio, por eso el teatro era la locura, con las obras que yo llevaba, con Rock soul y con todo el repertorio mío, que tiene ese toque de guitarra un poquito alejada de lo clásico. Puede decirse que esas son las grandes satisfacciones, viajar, conocer gente y escenarios de otros países, que mi música sea tocada fuera del país no solo por otros guitarristas, sino por grandes guitarristas. Lugares tan lejanos como Indonesia o Austria. Esa es la gran satisfacción, que yo en ese terreno esté plenamente satisfecho, pero esto no es todo, hay que trabajar más, porque lo que he logrado hasta ahora, no es algo que pudiera hacerme decir que ya me puedo cruzar de brazos y que puedo vivir tranquilo.

Nos gustaría conocer el proceso de creación del tema Cascada y río, una pieza que refleja mucha vitalidad y energía.

Tiene una anécdota muy bonita, porque yo estuve yendo a Altotonga para atender a un alumno todos los fines de semana durante un año. Sus padres me pagaron viáticos y la clase para preparar a un muchacho que quería entrar a la Facultad de Música de la UV.

Ahí conocí el río Pancho Poza y la zona de cabañitas en sus márgenes. Con el tiempo, ya con mi pareja, lo vivimos en una excursión, pero a lo que voy, es que en ese lapso, estamos hablando como del año 2015, más o menos, yo ya tenía por ahí como imágenes de ese lugar paradisiaco y había visto su clima. Yo tenía una especie como de improvisación en la guitarra, que me gustaba cómo sonaba, así fue creada la pieza, pero primero como una obra sola que avanzó y después se conformó como el tercer movimiento de mi primera sonata. 

Observando este concierto nos pareció que intentas que tu arte y tus composiciones trasciendan la capilla. 

Cuando estoy en un concierto, desde luego que no quiero restarle formalidad, pero también me gusta tener contacto con el público, no es algo planeado, yo soy así, soy chusco, amigable, es la personalidad con que siempre se me ha identificado ente los amigos. Esa obra me gusta tocarla como una pieza individual. En mis conciertos suelo ir viendo cómo se va comportando la gente, y así voy cambiando el programa, la cosa es mantenerlo siempre ahí, atenta, porque hay veces que tú puedes dar un programa de mano, y a veces no, y en todo caso me gusta compensarlos, atraparlos con la música, con mis composiciones con raíces personales, no sólo en el formato del guitarrista serio que nada más se sienta, toca el programa y al final se va en plan divo.

Llevo años trabajando con ello, y bueno, afortunadamente ahí está la beca del FONCA, y ya como parte de ese programa, mañana vamos a tocar en una comunidad que está aquí adelantito de Coatepec, en una telesecundaria donde algunos muchachos tienen problemas de adicción. Romper con ese molde de las grandes salas y todo ese rollo, eso es lo que a mí me conmueve, en el sentido de dejar una huella, y me conmueve mucho más que tocar en Suiza, por ejemplo. Otra anécdota de Suiza, una vez que ahí  me dijeron “Toca Recuerdos de La Alhambra, pero también venimos a oír tu música” 

Honestamente las cosas no han llegado solas en mi caso; he trabajado para impulsar lo que ha pasado, con muchas horas de dedicación, buscando apoyos, trabajando la chuleta. Si no lo haces así, la obra y tú estuvieran en un cajón muy bonito, pero sola, serían obras guardadas en el cajón. Y bueno, reconozco que soy el intérprete de mi propia obra, y por eso tengo necesidad de difundirla lo más que pueda. 

Maestro, ahora hablemos de compositores desde el punto de vista clásico o incluso popular o moderno. ¿A cuáles admiras o prefieres?

Aunque pareciera extraño, de mis compositores antiguos predilectos, uno de ellos es Domenico Scarlatti, un italiano radicado en la España del siglo 17, compuso 580 y tantas sonatas para clavecín y es uno de mis compositores preferidos, y uno de los que he tomado mucha raíz técnica compositivamente.

Otro de los antiguos es Tomás Luis de Victoria, que era español, él era compositor de música coral. Palestrina, que era otro compositor y digamos dentro de la música antigua, son mis grandes influencias. Dentro de la guitarra, pues por supuesto te puedo enumerar un sin fin de músicos que van más allá de la guitarra clásica, como el mismo Gustavo Cerati de Soda Stereo, los Beatles por supuesto, los grandes del rock como Pink Floyd y Led Zeppelin. 

A Paco de Lucía, no lo oigo, lo disfruto, lo admiro sí, pero hasta ahí. Yo no compraría un disco de flamenco, por ejemplo. Últimamente estoy viendo muchos vídeos de él y me gusta mucho lo que cuenta, como también sus consejos de vida y lo tomo como lo que es, como el gran Paco de Lucía, pero digamos que no es un referente para mi vida, puesto que yo conocí el flamenco ya estudiando guitarra clásica; entonces yo ya traía muy enraizados mis estilos y mis gustos. 

¿Y de los compositores mexicanos?

Por supuesto Julio César Oliva, Gerardo Tamez, de música popular, Alejandro Marcovich del grupo Caifanes, Julio Revueltas, que es también guitarrista eléctrico. Guitarristas mexicanos clásicos pues un sinfín, como Cecilio Perera, Pablo Garibay, el maestro Alfonso Moreno, o Rafael Jiménez, que son representantes locales, pero también representantes internacionales.

¿Hablando de Xalapa como capital guitarrística, crees que la ciudad pinta a nivel mundial? 

Xalapa está muy reconocida. Con Alfonso Moreno se proyectó mucho, pero después en la etapa de los 90 se apaga un poquito. La escuela que traía Alfonso, era la escuela del maestro Manuel López Ramos, guitarrista argentino, que por cierto era hermano de la actriz Marga López, él fue quien formó al maestro Moreno, porque en esa época aquí en Xalapa no había maestros de guitarra. Este maestro sudamericano lo formó y después, el propio Alfonso formó a otra serie de guitarristas con una escuela técnica que en su momento era efectiva, y esa enseñanza ha ido creciendo y ha ido evolucionando. Y del año 2000 para acá, tenemos gente que está proyectando a Xalapa, muchos chicos egresados de la Facultad de Música, por ejemplo, está el caso de Alejandro Córdova, que es docente en Croacia, un muchacho que ganó el concurso Francisco Tárrega, uno de los más importantes del mundo. Él se formó aquí en la Facultad de Música. Después tenemos el caso de Cecilio Perera, chico yucateco que también se formó aquí y que es docente en Austria. Esos son los dos ejemplos digamos más sobresalientes, pero es cierto que donde uno se para, tiene el soporte y el prestigio de que Xalapa es garantía de una calidad de trabajo en la formación de guitarristas.

En Xalapa hay una importante academia de guitarra, es cierto, pero para alcanzar un nivel de excelencia, el guitarrista debe acudir a clases magistrales y posgrados y tener un aprendizaje global. 

¿Qué condiciones tiene la zona de Xalapa como para haber desarrollado la guitarra de la manera que narras?

Lo sucedido fue un parte aguas para que Xalapa se volviera un referente en lo relativo a la guitarra. Gracias a Alfonso Moreno se funda la cátedra de guitarra dentro de la Universidad Veracruzana y bueno pues todo mundo empieza a venir y se empieza a formar no nada más el guitarrista jalapeño, sino el guitarrista jalapeño sobresaliente. Y yo puedo hablar del maestro Enrique Salmerón, pero generalmente la guitarra xalapeña la hacen todos los guitarristas que llegaron a estudiar aquí también. En otros rubros por ejemplo se vienen a la mente los hermanos Melgarejo en Tlen Huicani, que dominan el instrumento de manera popular.  Xalapa es cuna de buenos guitarristas a nivel nacional.

Xalapa siempre fue una ciudad cultural, la Facultad de Música en un momento llegó a ser el único referente de todo el estado de Veracruz para poder formarnos como músicos. Si yo hubiera tenido acceso a una escuela como JazzUV, por ejemplo, a lo mejor no hubiera pisado la Facultad de Música, porque yo lo que quería era tocar rock. 

¿Qué nos puedes decir de las innovaciones musicales, a nivel géneros nuevos como el rap, el hip hop, etcétera, que se han ido apoderando del gusto popular?

Tengo mucho que decir porque como compositor quiero llegar a un nivel masivo más importante, creo que  hay muchas cosas que aprender de la industria, que nosotros no sabemos, o sea una cosa es la industria y otra cosa es lo que hacemos nosotros, y creo que honestamente se empieza a quitar o a desaparecer ese divorcio que tenemos por el hecho de decir somos cultura y somos agentes narradores de la cultura y la alta música y la música académica. Yo digo, que qué padre para los que ya tienen un empleo como músicos, bien solventado por alguna entidad gubernamental y que alcanzaron eso, digo yo, pues qué bueno, no sé, un director de orquesta, pero nosotros venimos o nacimos en otra generación, en donde la industria es muy poderosa, entonces creo que independientemente que si la calidad del producto que ofrece cosas como el reggaetón, por ejemplo, independientemente de la calidad que obviamente sabemos que es cuestionable, la realidad es que hay mucho que aprender de ellos, de cómo se manejan. Creo que teniendo un buen equipo de personas que muevan un producto, este puede llegar muy lejos y se puede ser un músico masivo también, el problema es que en la industria no se ha querido impulsar a músicos como nosotros para volvernos masivos. 

También hay música de la guitarra por ejemplo que puede ser llevada, que es muy digerible y que esos repertorios uno puede irse introduciendo a las masas pero es cosa de que también la industria voltee a verlo. 

Hay un ejemplo de Benjamin Verdery, que es un guitarrista clásico y compositor que yo respeto mucho, de hecho yo escribí un homenaje a él. Este artista fusiona la guitarra clásica en una obra de Bach, con una cantante de hip hop que va rapeando mientras transcurre la pieza. Es algo que se me hace muy interesante para un tipo que tiene creo que arriba de los 70 años y que está innovando. 

Que no haya ese tipo de restricciones para lo que hacemos, es lo que a mí me mueve. A mí me agrada que en el auditorio alguien me diga que el instrumento se escucha como guitarra eléctrica. Es la influencia del rock en mi obra. Me lo recordó un día Cristina Pacheco en entrevista de Canal Once.   

En el aspecto musical, ¿cómo es un día en casa?

En mi casa escucho rock todo el tiempo. Soda Stereo es una de mis grandes influencias. Y soy más de los ingleses como Pink Floyd, una banda que nunca dejaré de escuchar, que siempre traigo en mi coche; otra que me encanta, que no fue muy conocida, White Lion, es  de lo más impresionante.

Mi hijo Tonatiuh, el mayor tiene 21 años, él se dedica a la pintura y al dibujo y ahorita está trabajando y es el diseñador más joven de una empresa en Monterrey, donde convive con puro adulto mucho mayor que él. Yohuali es el segundo y está haciendo la prepa, le gusta mucho la astronomía y quiere estudiar piano. Liam es el primero que está agarrando la guitarra, pero como es el pequeño, va poco a poquito.

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