Es difícil callar la verdad, o “lo que se ve no se juzga” como decía Juan Gabriel, el filósofo de Ciudad Juárez.
Y esto sale a relucir porque José Yunes Zorrilla, el caballero de la triste memoria y excandidato del PRI a gobernador, tiene un pie afuera de ese instituto político.
Las señales son claras. En el pasado proceso interno para elegir al presidente del comité directivo estatal del PRI, el peroteño no apoyó a Marlon Ramírez Marín en ese distrito. Los resultados ahí están: Adolfo Ramírez obtuvo 570 votos y el exregidor porteño 70, el resto menudencias.
Pepe, después de la vergonzosa derrota en la elección pasada, se alejó de lo escenarios políticos, de los desayunaderos y hasta anunció su inclusión en la academia. Nadie sabe en qué universidad se da sus vueltas, pero sus escribientes así lo difundieron.
Y este ponche tiene varias lecturas. La primera, el amigo de José Antonio Meade jugó la última carta para tener muñeco manipulable en el CDE del PRI y no pudo. Y la segunda, Yunes Zorrilla, de manera zorruna, anda apoyando para que la asociación “Podemos” logre su registro como partido político, iniciativa tripulada por Francisco Garrido, un mercader de la política que busca recoger las migajas que el sistema le permita.
Para muestra un botón. En Perote, Garrido Sánchez logró concentrar en su asamblea a más de 500 paisanos, con el apoyo del ayuntamiento, el cual facilitó el centro cultural, y bajo el engaño de que se trataba de una asociación auspiciada por Pepe Yunes, aunque a otros, le dejaron el cuento de que se trataba de un festival del día de las madres.
Todo ese enjuague lo vigiló el incondicional pepista Pablo Madrazo.
Son claras los caminos que traza José Yunes, primero para el 2021 y después para el 2024.
La llegada de Marlon Ramírez, al otrora poderoso PRI, ha provocado que los Yunes rojos busquen otros senderos, sabedores de que en el instituto político que nacieron son cartuchos quemados.
Son tiempos de transformación, aunque nadie piensa transformarse en serio. Para ese pequeño par, no pasará de ser un tópico de retórica que no les sale del corazón. Nada de lo que han hecho y han permitido en sus andanzas y malas danzas políticas los llevará al arrepentimiento.