Xalapa, Ver.- Tras aseverar que se necesitan resultados y no justificaciones, la iglesia católica lamentó que la muerte siga dominando en el país pues las fuerzas de la muerte y de la maldad parecen tener el control de mando.

A través de su comunicado dominical, expone que en el día de muertos, se recuerda a todos los difuntos, de manera especial a todas las víctimas de la violencia. 

“La sombra de la muerte ha traído luto y dolor en los hogares, ha sembrado desconfianza en las personas y en las instituciones. La violencia ha cobrado muchas víctimas y no podemos acostumbrarnos a ello”, agregó.

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Criticó que se anunció y prometió que esta lacerante situación se reduciría y que habría estrategias eficientes para disminuir esta realidad y sin embargo las fuerzas de la muerte y de la maldad parecen tener el control de mando. 

Por ello, señala que el día 2 de noviembre se pide para que Dios tenga misericordia de los difuntos y los lleve a gozar del cielo.

“Estas oraciones nos recuerdan además que un día también nosotros hemos de morir y necesitaremos también que otros oren por nosotros. Por eso, con toda la Iglesia decimos, Que las almas de nuestros fieles difuntos, por la misericordia de Dios manifestada en la pasión y muerte de Cristo, descansen en paz”.

También recuerda que el día 1 de noviembre se celebra en la liturgia de la Iglesia Católica a Todos los Santos. Según el vocero de la arquidiócesis José Manuel Suazo Reyes, los santos son todos aquellos que ya gozan de la visión beatífica y viven en plena comunión con Dios en el cielo. 

“En esa celebración invocamos no solo a los santos canonizados que aparecen en el calendario litúrgico sino también a todos aquellos que no conocemos o que no se mencionan pero que también han alcanzado la santidad”, cita en el comunicado dominical.

Agrega que son innumerables todos los cristianos y cristianas que han sido fieles y perseveraron en la gracia bautismal y que siguieron a Cristo con amor, “tal vez de un modo silencioso y discreto y que se encuentran con él en la gloria y en la alegría del cielo”.

Explica que los santos vivieron en grado heroico las virtudes cristianas; la Iglesia los propone como modelos seguros para llegar a Dios y por otra parte como firmes intercesores ya que siendo amigos de Dios, gozando de su cercanía y participando de la comunión con él, pueden alcanzar gracias abundantes. 

“Ciertamente la idea de santidad solo se comprende desde Dios. Dios es el único santo, y porque él es santo a él se le debe todo el honor y la gloria; a él la alabanza y la adoración”.

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