El martes pasado en la Ciudad de México la doctora Claudia Sheinbaum presidió un nutrido evento con cientos de mujeres morenistas de entre 60 y 64 años de edad, en el que detalló aspectos de su visión y su próximo programa de gobierno en la presidencia de la república, que asumirá el primero de octubre de este año.
En esa reunión femenina la presidenta electa dio detalles de un nuevo programa de apoyos económicos a mujeres de esas edades, enfatizando el respaldo a las mujeres pobres de los pueblos originarios. Pero, sobre todo, pronunció algunas líneas de intención que pudieran ser tomadas como un primer aviso en varias direcciones y para varios destinatarios.
Con mucho entusiasmo y seguridad, la señora Sheinbaum dijo que es tiempo de mujeres, que su gestión será mediante un gobierno con ojos de mujer, un gobierno para las mujeres, donde las mujeres podrán sentirse representadas, señalando, en el momento cumbre de su mensaje, que no habrá nunca más un “calladita te ves más bonita”, porque eso se acabó en nuestro país.
Esa expresión parecida a un grito de alerta o a expresión meditada a profundidad por la futura gobernante de México, es oportuno y necesario, en semanas donde hay señales extrañas que podrían hacer pensar en fuerzas o intereses oscuros que están dispuestos a disminuir o a hacer naufragar a la primera mujer mexicana que llega a la presidencia de la república. Una situación que los mexicanos no pueden permitir a nadie, porque el país requiere a una mujer con una visión diferente y que constitucionalmente ganó la elección de junio pasado.
El primer aviso sería para aquellos o aquellas personalidades de todos los sectores productivos y sociales que pretendan hacer ruido por todo lo proveniente de la oficina presidencial. Un segundo destinatario, sería el actual jefe de gobierno, que en una actitud patriarcal, retrógrada y machista, pretenda querer gobernar tras bambalinas asustando con un “calladita te ves más bonita”.
Un tercer destinatario sería el ganador o ganadora de la cercana elección presidencial en Estados Unidos, que podría tener ideas equivocadas o como las de aquellos que pueden intentar acciones contra los intereses mexicanos al llegar al poder. Un cuarto destinatario podría ser el sector delincuencial que quizá considere entre sus estrategias la de minimizar la imagen y el estatus femenino de la nueva jefa de gobierno mexicana.
En todo caso tampoco debe olvidarse que la virtual presidenta obtuvo la mayor cantidad histórica de votos con 35.5 millones de electores convencidos con sus propuestas. Pero ante esto, no debe olvidarse que esa cifra representa apenas el 36% del padrón electoral de 2024, que tuvo 98.4 millones de ciudadanos incorporados, de los que la mayoría se abstuvo de acudir a las casillas electorales.
De cualquier forma, el discurso de emancipación y consolidación del martes pasado, lleva indicios positivos ante la actual realidad nacional. “Nunca más el machismo y el clasismo”, expresó ese día Claudia Sheinbaum. Ya veremos si ante ese machismo apabullante con sede en palacio nacional, aparece a partir del uno de octubre una postura digna y congruente de una mujer con altos timbres académicos que será la primera presidenta de México.