Xalapa.- Los señalamientos por corrupción, ligas con la delincuencia organizada y enriquecimiento ilícito, no son suficientes para la familia García Escalante, pues a este extenso currículum de impunidad se le suman la usurpación de funciones.

El actual diputado Rodrigo García Escalante, conocido en los pasillos legislativos por su carácter violento, se hizo pasar como Licenciado en Administración de Empresas en su paso por la Dirección de Inversión Pública de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan).

El ex funcionario del Gobierno del prófugo de la justicia, Javier Duarte de Ochoa, se hizo pasar por L.A.E. a pesar de no contar con cédula profesional que lo avale; es decir, que usurpó funciones con la ayuda del ex contralor Ricardo García Guzmán.

De acuerdo a la búsqueda que realizó Palabras Claras en el Registro Nacional de Profesionistas, el gris diputado sólo conocido por los señalamientos en su contra, no cuenta con la cédula que lo ostente como Licenciado; sin embargo, en la administración pública firmó documentos en los que presentaba como tal.

En estos documentos en poder de Palabras Claras se muestra el nivel de responsabilidad que tenía el ex funcionario en el otorgamiento de recursos federales y revisión de documentación para realizar obras. Incluso, la entrega de información sobre los avances físicos y financieros de obras para el estado de Veracruz.

En la editorial de Palabras Claras Las Maletas del Congreso se da cuenta de que muchos de los diputados son sólo “beneficiarios de la decadencia de los partidos políticos y de las oscuras negociaciones en las cúpulas del poder en Veracruz”.

Es claro que los hijos del ex contralor usaron todo a su alcance para lograr cargos públicos aun a costa de no tener el perfil, de no tener experiencia, y de tener a su favor solo las amistades del ex contralor, señalado por ser omiso en su labor de denunciar a los responsables del quebranto en Veracruz.

Así, la autonombrada bancada “Juntos por Veracruz” tiene en su haber a ex funcionarios duartistas gravemente señalados por corrupción, enriquecimiento ilícito e incluso participantes en la creación de la red de empresas fantasma, como en el caso de Vicente Benítez, Juan Manuel del Castillo y Rodrigo García.

Ahora se suma a esto su nula capacidad para desempeñar cargos, la falta de probidad y de honestidad por ostentarse como profesionista, sin haber acreditado los conocimientos necesarios, por lo cual no debía ocupar cargos de altísima responsabilidad.

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