Autor: Paulo Cantillo

Sólo tres de los diez estados miembros de la Alianza Federalista tendrían plena autonomía financiera, en caso de salirse del pacto fiscal.

De acuerdo con datos del Inegi, el SAT y Hacienda, Tamaulipas, Nuevo León y Colima pueden operar con superávit financiero una vez que hayan ejercido tanto su propio gasto estatal como el que ejerce la Federación al interior de su propio estado en distintos programas presupuestarios, excluyendo las transferencias del Ramo 33.

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Estos gastos podrían ser financiados en su totalidad, y con sobrante, vía sus propios ingresos locales más la recaudación federal que se genera en sus estados.

El Instituto Mexicano para la Competitividad alertó sobre las implicaciones de que los estados dejen el pacto fiscal. Para Manuel Guadarrama, coordinador de Finanzas Públicas del Imco, los problemas serían definir las facultades de recaudación o la doble tributación: que tanto los estados como la Federación puedan cobrar impuestos similares, como IVA o ISR.

Un escenario así implicará el riesgo de que el país regrese a la doble tributación, advirtió el Imco

Tamaulipas, Nuevo León y Colima son los únicos estados de los 10 que forman parte de llamada Alianza Federalista que están en capacidad de tener autonomía fiscal de salirse del pacto federal, dado el escenario de que toda la recaudación federal pasara a sus manos.

Así lo muestran las más recientes cifras del Inegi, del SAT y la Secretaría de Hacienda, que señalan que estos tres estados podrían operar con superávit financiero una vez que hayan ejercido no sólo su gasto propio estatal, sino también el gasto que ejerce la Federación al interior de su propio estado en distintos programas presupuestarios, excluyendo las transferencias del Ramo 33.

Estos gastos podrían ser financiados en su totalidad, y con sobrante financiero, a través de sus actuales ingresos propios locales, más la recaudación federal que se genera en sus estados.

Por tanto, el 70% de los estados de la alianza federalista (Aguascalientes, Chihuahua, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Durango y Coahuila) está en incapacidad financiera de hacerse cargo del gasto estatal y federal con los ingresos que se generan en su entidad.

De las entidades no aliancistas, la única que podría ser fiscalmente autónoma es la Ciudad de México.

Implicaciones

Manuel Guadarrama, coordinador de Finanzas Públicas del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), explicó a Excélsior sobre la necesidad de que no se llegue al extremo de que varios estados se salgan del pacto fiscal, debido a las implicaciones legales y económicas que tendría tal decisión, ya que la Constitución prohíbe que los estados se conviertan en “Repúblicas Independientes”.

En el tema legal, afirmó que habría un conflicto claro sobre las facultades de recaudación. Citó los ejemplos de Tamaulipas y Colima, estados donde los ingresos federales que se generan provienen en buena medida de los puertos de Altamira y Manzanillo, respectivamente.

El conflicto radicaría en que, según la ley, la Federación es la encargada de manejar los puertos, situación que crearía un pleito legal de gran magnitud, “pues los estados seguramente querrán ser quienes se queden con los ingresos generados en ambos puertos”.

Por el lado económico, Guadarrama advierte que un rompimiento del pacto fiscal implicaría regresar a un esquema de doble tributación, es decir, que tanto estados como la Federación puedan cobrar impuestos similares, tales como el Impuesto al Valor Agregado o el Impuesto sobre la Renta.

Explicó que el marco legal mexicano no prohíbe la doble tributación, y que la única consideración dada por el Poder Judicial sobre este tema es que los dobles impuestos “no deben ser gravosos para la población”.

Sin embargo, dejó claro que una doble tributación sería un elemento “que restaría competitividad y atractivo de inversión no sólo a los estados que incurran en ella, sino también al resto de la economía mexicana”.

Soluciones

Por tanto, el analista insta a que las autoridades federales y estatales lleguen a acuerdos para hacer los ajustes necesarios al federalismo fiscal, y que una condición necesaria para una buena reforma deberá ser que se aumente la recaudación, tanto federal como estatal y municipal.

Además, plantea que se puedan buscar mecanismos en que los estados puedan cooperar entre sí y con la Federación para afrontar distintas problemáticas, tales como la actual contingencia por el covid-19, misma que detonó la queja de los gobernadores de la Alianza Federalista. 

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