El destacado columnista del periódico estadounidense The New York Times y Premio Nobel de Economía en 2008, Paul Krugman, señaló este jueves que la política de la Reserva Federal de EE.UU. (Fed) contra la inflación puede precipitar una crisis bancaria y provocar nuevos problemas económicos, pero, a pesar de ello, todavía hay posibilidades de que se produzca un aterrizaje suave y baje la inflación sin que aumente el desempleo.

“Estoy en el grupo que cree que bajar la inflación no tiene que ser muy costoso”, escribió Krugman, agregando que está muy preocupado por “la enorme incertidumbre sobre el estado actual de la economía, las posibles perturbaciones futuras como el impago de la deuda o más dislocaciones del covid y los efectos a menudo retardados de las políticas diseñadas para luchar contra la inflación”.

El economista se pregunta si la inflación del 2 % es realmente necesaria para la economía estadounidense, si antes se consideraba óptima una inflación del 4%. También señala que existen algunos estereotipos sobre el otro indicador: el desempleo. Krugman sostuvo que algunos políticos están acostumbrados a creer que una tasa de desempleo inferior al 4 % es básicamente inalcanzable sin una inflación galopante, aunque esto no es cierto.

Krugman destacó que la mayoría de los economistas están preocupados por un aterrizaje duro por dos razones. “En primer lugar, la inflación puede tener mucha inercia, lo que hace difícil frenarla. En segundo lugar, las herramientas que utilizamos normalmente para controlar la inflación son contundentes e imprecisas, lo que crea una alta probabilidad de que nos equivoquemos de una forma u otra”.

Tras analizar las posibles salidas a la situación, Krugman concluye que, aunque la inflación está por encima del nivel objetivo, se encuentra dentro de lo que se pensaba que era la norma en el pasado, mientras el mercado laboral actual puede seguir siendo estable, aunque aumente el desempleo.

La Reserva Federal de EE.UU. (Fed) subió en mayo los tipos de interés un 0,25 % hasta alcanzar el nivel más alto en 16 años. Con esta decisión, los tipos de interés del banco central estadounidense fueron elevados al rango del 5,00 %-5,25 %. 

La subida de los tipos ha contribuido a la quiebra de tres grandes bancos estadounidenses y a la inestabilidad del sector bancario, ya que las entidades bancarias que experimentaron la quiebra habían comprado bonos a largo plazo que pagaban a tipos bajos y que perdieron su valor rápidamente cuando la Fed elevó las tasas.

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