Las vacunas contra el coronavirus serán herramientas poderosas para evitar lo peor de este patógeno, pero solas no acabarán con la pandemia, al menos el próximo año, ya que no podrán producirse suficientes cantidades para que todos los que lo desean sean inmunizados.
“Los casos y las muertes continuarán y tenemos que ser claros en ello, pero su número estará en gran medida en nuestras manos. Las vacunas serán una elemento importante de nuestra caja de herramientas, pero vacunas no significan cero COVID porque no pueden hacer por si solas todo el trabajo“, dijo el doctor Mike Ryan, uno de los responsables en la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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Ryan pidió que se entienda que no todo el mundo podrá ser vacunado el próximo año.
Las previsiones de la Organización son que en el primer trimestre de 2021 se puedan producir hasta 500 millones de dosis de las vacunas que estén disponibles, con las primeras que serían las desarrolladas por el duo Pfizer y BioNTech, por Moderna, y por Astrazeneca con la Universidad de Oxford.
Las tres se encuentran en distintas fases de las gestiones necesarias para obtener autorizaciones de uso de emergencia.
La producción, con otras vacunas que podrían añadirse a ellas, podría acelerarse en la segunda mitad de 2021.
Pandemia no se ha estabilizado
Ryan, quien es director de emergencias sanitarias en la OMS, dijo que la pandemia no se ha estabilizado pese a los esfuerzos que hacen los países en general por contenerla.
Por ello, la OMS insiste en no perder de vista que las medidas de prevención deben mantenerse de forma rigurosa, en particular el uso apropiado de cubrebocas, la distancia con los demás y la higiene de manos.
Aunque no haya vacunas para todos, dar prioridad a los trabajadores sanitarios y sociales, y en segunda instancia a las personas mayores, sí puede tener como resultado reducir la mortalidad y los casos de infección severa.
Los influyentes deben dar el ejemplo
Cuestionado sobre la intención declarada del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, de ponerse la vacuna apenas esté disponible para dar el ejemplo, el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo que es positivo que personas influyentes muestren este compromiso.
Aseguró que a él le gustaría hacer lo mismo, pero que debe asegurarse de no recibir una vacuna que normalmente debería ser para una persona prioritaria.
En una rueda de prensa, la científica en jefe de la OMS, Soumya Swaminathan, aclaró de forma categórica que la tecnología ARN mensajero (utilizada por las vacunas de Pfizer y Moderna) no tiene “ninguna posibilidad de crear algún cambio genético en el cuerpo”.
El RNA mensajero contiene información extraída de la proteína del coronavirus (ilustrada como clavos alrededor de su superficie) y que llega a las células del músculo donde se inyecta.
Las células reciben entonces el mensaje de que deben empezar a producir una proteína que provoca que el sistema inmunitario cree anticuerpos.
“Pero no hay ninguna manera en que el RNA pueda acoplarse a nuestro propio ADN”, declaró la científica.
Según los expertos, las decisiones individuales que la gente tome en torno a la Navidad y el Año Nuevo podrían cambiar el curso de la pandemia, para bien o para mal, en los próximos meses.