Esperada por unos, temida por otros, la Navidad es la época del año que mayor desgaste emocional puede provocar, siendo la añoranza y ansiedad muchas veces protagonistas. ¿Cómo podemos lidiar con ello?
La Navidad viene cargada de alegría, tiempo en familia y amigos y celebraciones, aunque a veces es todo lo contrario: la famosa “depresión blanca”, la ansiedad por las fiestas o el “síndrome de la silla vacía” son realidades que muchos afrontan año tras año.
¿Hay salida a todo ello? ¿Qué podemos hacer para afrontar las fiestas desde otra perspectiva?
Navidad con salud y sin preocupaciones
Según la Organización Mundial de la Salud, el 40 % de la población padece de depresión, ansiedad o tristeza en Navidad. Tanto es así que se le ha dado nombre: depresión blanca.
Por otra parte, según el estudio “Cigna Well-Being 360”, casi un 22% de la población española no se preocupa en exceso por su salud y no lleva a cabo una dieta sana o una buena rutina de ejercicio y descanso.
El pasotismo por la salud, tanto física como mental, también pasa factura durante las navidades, una época del año ya delicada de por sí.
Y es que la ansiedad, los excesos y todo lo que deriva de ello son, en muchas ocasiones, grandes protagonistas en estas fechas.
Cuando falta alguien…
A esto se le añade el llamado “síndrome de la silla vacía”: en las reuniones familiares es inevitable que surjan recuerdos y anécdotas ligadas a seres queridos que ya no están.
Adrián Delgado, psicólogo sanitario del hospital Vithas Tenerife, explica el error que solemos cometer dada la situación.
“Cuando perdemos a un ser querido e intentamos mantenernos ocupados con el fin de no pensar o recordarlo, estamos encaminados a reprimir los estados internos, lo que dificulta una asimilación de lo sucedido y de la nueva realidad a la que debemos adaptarnos”, asegura el experto.
No sentir ni pensar no es una opción en caso de pérdida.
¿Revertir la situación?
¿Cómo podemos cambiar las tornas? Las recomendaciones dependerán de la situación de la que se parta.
Desde Cigna se facilitan una serie de pautas generales para afrontar la Navidad de la mejor manera:
Hacer un balance del año y crear propósitos para el siguiente. Ser consciente de lo que nos sucede es esencial para afrontar de manera sana nuestro día a día. Además, crear propósitos nos ayuda a ordenar nuestra vida, establecer objetivos, alcanzarlos.
Poner orden a las citas navideñas. Las compras, las reuniones sociales o viajar puede crear ansiedad y estrés. Organizar con tiempo y orden es fundamental.
Comer y beber con cabeza. Hinchazón, acidez, reflujo, problemas de digestión… Puedes evitarlos si comes con mesura y además incorporas otros alimentos a tu dieta (legumbres, fruta, verdura). Por otra parte, debemos evitar el alcohol o reducir su ingesta, especialmente si nos sentimos desanimados, ya que puede empeorar la situación
Deporte. Ayuda a relajarse, a dormir mejor, a reducir la presión arterial, etc. ¡Incorpora el deporte a tus fiestas y apuesta por la salud física y mental!
Comprar con mesura. El esfuerzo económico es un motivo de estrés. Haz una buena previsión y establece presupuestos para regalos y comidas para no quedarte en números rojos.
Solidaridad y desperdicio alimentario. No despilfarres comida. Según estimaciones de la ONU, casi un tercio de los alimentos producidos se tiran cada año. No caigas en el desperdicio alimentario ¡Ofrécela a quien lo necesite si te sobra! Ayudar a los demás reduce la depresión, la ansiedad, fortalece vínculos y despierta en nosotros la sensación de felicidad y gratitud.
¿Y en caso de pérdida?
Claro que, más allá de estas sencillas pautas facilitadas por Cigna para hacer frente a la Navidad , Adrián Delgado contempla el contexto de la pérdida y la ansiedad y depresión que se liga a todo ello. ¿Cómo afrontarla durante los festivos?
“Lo más adecuado es permitirse recordar a esa persona especial e incluso, compartir los recuerdos, si asó lo desea, con otros seres queridos”, indica.
Aceptar las emociones, liberarlas sin dejar que nos controlen, y compartirlas con nuestros allegados es esencial para superar una pérdida.
Gratitud como clave
Otra de las prácticas que pueden suponer una diferencia es la que propone la coach y experta en desarrollo personal, María Fernández: la gratitud.
“Cuando nos sentimos agradecidos por lo que nos rodea, automáticamente inhibimos cualquier tipo de sentimiento negativo”, explica la experta.
Por ello, la coach aboga por escribir una lista de acciones por las que dar las gracias de forma honesta e íntima. Incorporar este tipo de prácticas, no solo durante las navidades, sino a diario, nos hace ser conscientes de nuestra situación, nuestra fortuna.
Sea como sea, la cuestión es encontrar entre los distintos consejos la fórmula para disfrutar de los festivos.