Un equipo internacional de investigadores publicó recientemente en la revista The Astronomical Journal un estudio en el que afirman haber descubierto un extraño objeto cósmico que escupe inmensas nubes de polvo al espacio con una intensidad variable.
Las observaciones fueron obtenidas a partir del análisis de datos del Satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito (TESS, por sus siglas en inglés), un moderno aparato lanzado en 2018 con el objetivo de encontrar planetas más allá de nuestro sistema solar. Hasta ahora, TESS ha descubierto 172 exoplanetas y hay otros 4.703 candidatos a la espera de ser aprobados.
Los astrónomos notaron que el objeto llamado TIC 400799224, compuesto por dos estrellas que se orbitan mutuamente, presentaba de forma rutinaria una fluctuación en su brillo, lo que sugiere que un gran asteroide o quizás incluso un pequeño planeta orbita a una de las estrellas y está liberando nubes de polvo que atenúan la luz de ambas desde la perspectiva del TESS.
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Este proceso ocurre aproximadamente cada 19 días, pero la duración y la intensidad de las atenuaciones del brillo varían mucho.
El equipo cree que el culpable más probable de la caída del brillo no es el asteroide o planeta como tal, sino las nubes de polvo emitidas esporádicamente por dicho objeto.
Sin embargo, lo que llama la atención de los astrónomos es el tamaño colosal de las nubes de polvo, mucho mayor de lo que se esperaría de un objeto tan pequeño como el que orbita a TIC 400799224.
“La naturaleza del propio cuerpo en órbita es desconcertante porque la cantidad de polvo emitido es grande; si se produjera por la desintegración de un objeto como el asteroide Ceres de nuestro sistema solar, solo sobreviviría unos 8.000 años antes de desaparecer”, señala un comunicado de prensa emitido por el centro de astrofísica Harvard-Smithsonian, institución a la que pertenece la astrónoma Karen Collins, una de las autoras del estudio.
“Sin embargo, sorprendentemente, durante los seis años que se ha observado este objeto, la periodicidad se ha mantenido estricta y el objeto que emite el polvo aparentemente ha permanecido intacto”, añade el texto.
Es un misterio que, por ahora, carece de respuesta, pero los investigadores planean continuar monitoreando el objeto e incorporar observaciones históricas de esa zona del espacio para tratar de determinar cómo ha variado el brillo a lo largo de las décadas.