Un equipo de investigadores detectó vapor de agua en el disco que rodea una estrella joven exactamente en la zona en la que pueden estar formándose planetas, un hallazgo del que informó el Observatorio Austral (ESO).

“Nunca imaginé que podríamos captar una imagen de océanos de vapor de agua en la misma región donde probablemente se está formando un planeta”, afirmó en un comunicado Stefano Facchini, astrónomo de la Universidad de Milán (Italia), que ha dirigido el estudio publicado en la revista Nature Astronomy y en el que participó el ESO.

El agua es un ingrediente clave para la vida en la Tierra, y también se cree que desempeña un papel importante en la formación planetaria.

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Sin embargo, hasta ahora nunca se había podido mapear cómo se distribuye el agua en un disco estable y frío, es decir el tipo de disco que ofrece las condiciones más favorables para que se formen planetas alrededor de las estrellas.

“Nuestros resultados muestran cómo la presencia de agua puede influir en el desarrollo de un sistema planetario, tal como lo hizo hace unos 4 mil 500 millones de años en nuestro propio Sistema Solar”, añadió Facchini.

En el disco interior de la joven estrella HL Tauri, similar al Sol y ubicada a 450 años luz de distancia de la Tierra, las observaciones han revelado la presencia de al menos tres veces más agua que en todos los océanos de la Tierra.

“Es realmente impactante que no solo podamos detectar, sino también captar imágenes detalladas (…) a una distancia de 450 años luz de nosotros”, señaló el coautor del estudio Leonardo Testi, astrónomo de la Universidad de Bolonia (Italia).

La comunidad astronómica sabe que hay una brecha en el disco de HL Tauri y ahí es donde se detectó una cantidad significativa de agua.

“Nuestras imágenes recientes revelan una cantidad sustancial de vapor de agua a un rango de distancias de la estrella que incluye una brecha en la que actualmente podría estar formándose un planeta”, explicó Facchini.

Esto sugiere que este vapor de agua podría afectar a la composición química de los planetas que se formen en esas regiones.

Observar el agua con un telescopio terrestre no es fácil, ya que el abundante vapor de agua presente en la atmósfera de la Tierra degrada las señales astronómicas.

El hallazgo ha sido posible gracias al Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), del que el ESO es socio.

ALMA, operado por ESO junto con sus socios internacionales, es un conjunto de telescopios ubicado en el desierto chileno de Atacama, a unos 5 mil metros de altitud, que fue construido en un ambiente alto y seco precisamente para minimizar esta degradación.

“Es realmente emocionante presenciar directamente en una imagen cómo se liberan las moléculas de agua de las partículas de polvo helado”, explicó Elizabeth Humphreys, astrónoma de ESO que también ha participado en el estudio.

Los granos de polvo que forman un disco son las semillas de la formación de planetas. Estos colisionan y se agrupan en cuerpos cada vez más grandes que orbitan alrededor de la estrella.

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