El cuerpo humano almacena billones de bacterias. Estos microbiomas son un gran aliado para la salud, pues desempeñan un papel fundamental para el funcionamiento del sistema inmunitario y digestivo por mencionar algunos.

Cada persona cuenta con un ecosistema único, aunque hay una peculiaridad: el entorno puede determinar una buena parte de su composición y, de acuerdo con un nuevo estudio, hasta una tercera parte de estos microorganismos pueden compartirse “con relativa facilidad” entre las personas que conviven juntas.

Según esta investigación, publicada en la revista Nature, el estudio internacional tenía como objetivo entender cómo se adquieren y transmiten entre individuos las bacterias y otros microbios, pues hay un conocimiento muy limitado al respecto.

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Así se realizó la investigación

El estudio se realizó por un equipo internacional de investigadores, analizando casi 10,000 muestras de saliva y heces correspondientes a 5,000 participantes de 20 países diferentes en los cinco continentes, buscando representar diversos estilos de vida, permitiendo también identificar patrones de transmisión microbioma de persona a persona.

El resultado es que las personas convivientes, es decir, que viven juntas en un mismo espacio, pueden llegar a compartir aproximadamente el 32% de su microbioma de sus bocas, y hasta 12% de su microbioma intestinal.

Sin embargo, a pesar de que con este estudio se puede evidenciar que las cepas bacterianas se pueden transmitir entre personas, de momento todavía no se sabe exactamente cómo.

El estudio considera dos tipos de transmisión, la horizontal, que se da entre personas convivientes y la vertical, también conocida como intrafamiliar.

En la segunda es en la que la investigación encuentra los mayores niveles de transmisión, donde entre madres e hijos pequeños se puede llegar a compartir hasta un 35% del microbioma intestinal, que va bajando su porcentaje conforme los descendientes crecen.

Una cifra similar existe entre hermanos gemelos no convivientes, quienes pueden tener un 8% de la misma microbioma intestinal, algo que también pasa con personas que no comparten hogar, pero sí ciudad.

La necesidad de entender cómo conviven las bacterias con el cuerpo

Por lo pronto, según detalla Mireia Valles, una de las autoras del estudio, este tipo de investigación permite obtener más información sobre “algunas bacterias de las que se sabe muy poco”, pues nunca han sido cultivadas, y arroja luz sobre los ecosistemas de microbios que habitan en nuestro interior y tienen una estrecha vinculación con nuestra salud y bienestar.

Los científicos consideran importante entender mejor la forma en que impacta el microbioma gastrointestinal la salud, pues las bacterias pueden “volverse en nuestra contra” en determinadas circunstancias.

Por ejemplo, enfermedades que se consideraban como “no infecciosas”, podrían tener relación directa con nuestro bioma, pues algunas bacterias se han vinculado a diversos tipos de cánceres, y pueden afectar hasta la salud psicológica.

Además, detallan los investigadores, poder entender mejor el rol de las bacterias en nuestro cuerpo puede ser esencial para combatir las enfermedades “más inesperadas”, pues actualmente las enfermedades no transmisibles son las que más mortalidad causan al convertirse en crónicas y afectar nuestra calidad de vida.

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