Adoptar la costumbre de caminar 10 minutos después de cada comida podría convertirse en una de las prácticas más efectivas para mejorar la salud diaria, de acuerdo con especialistas en medicina preventiva y salud digestiva. Diversas investigaciones respaldan que esta breve actividad física favorece la digestión, ayuda a regular los niveles de glucosa y fortalece la salud cardiovascular.
Expertos señalan que una caminata ligera tras ingerir alimentos activa el reflejo gastrocolónico, responsable de estimular el movimiento intestinal. Este proceso facilita el tránsito de los alimentos y la expulsión de gases, reduciendo la inflamación y el malestar abdominal que suelen presentarse después de comer.
Uno de los beneficios más relevantes es su impacto en el metabolismo y la regulación del azúcar en sangre. El movimiento posterior a la comida evita aumentos bruscos de glucosa, un factor clave en la prevención de enfermedades metabólicas como la prediabetes y la diabetes tipo 2. La médica Heather Viola, de Mount Sinai Doctors-Ansonia, destacó que caminar favorece que el sistema digestivo procese los alimentos de manera más eficiente, disminuyendo síntomas como acidez e indigestión.
Además, aunque se trata de una actividad ligera, caminar ayuda a activar el metabolismo, lo que contribuye a la quema de calorías y al control del peso corporal. En el ámbito cardiovascular, estudios indican que realizar tres caminatas de 10 minutos después de cada comida puede ser incluso más beneficioso para el corazón que una sesión prolongada de ejercicio. Entre sus ventajas se encuentran la disminución de la presión arterial y la regulación de los niveles de colesterol.
El especialista en salud pública Elmer Huerta subrayó que estos beneficios no dependen de la intensidad del ejercicio; un paseo relajado es suficiente para estimular los procesos digestivos y metabólicos sin generar un esfuerzo excesivo.
Con beneficios comprobados y sin necesidad de equipo especial, caminar 10 minutos tras cada comida se perfila como una de las rutinas más simples y accesibles para quienes buscan mejorar su bienestar general. Incorporar este hábito diario puede marcar una diferencia significativa en la salud digestiva, metabólica y cardiovascular.










