En el yacimiento arqueológico de Boncuklu Tarla, en el sureste de Turquía, se han encontrado por primera vez pruebas que relacionan directamente los ‘piercings’ faciales prehistóricos con los cuerpos de las personas que los llevaban, reportaron científicos locales en un estudio el lunes.

Nuevos hallazgos de objetos en las áreas alrededor de las orejas y de la boca de personas en los entierros “añaden una dimensión novedosa a la interpretación de las ‘fichas’ o ‘tapones’ de piedra”, señalaron los arqueólogos.

Aunque las piezas pequeñas parecidas a los ‘labrets’ modernos, que se usan a través de perforaciones debajo del labio inferior, están bien documentadas, ha faltado evidencia contextual de su uso en el período Neolítico (10.000 – 6.000 a. C.).

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Las pruebas de estos adornos en labios y orejas, así como el desgaste de los dientes, según el informe, respaldan la hipótesis de su aplicación para “transgredir límites corporales”, “eliminar la división entre el yo externo e interno e imponer dolor deliberadamente”, lo que influyó en la estructuración de identidades en las primeras comunidades sedentarias.

Aunque las gargantillas y pendientes son comunes en los entierros de niños, en Boncuklu sólo se han encontrado artefactos parecidos a ‘piercing’ cerca de los restos de adultos, lo que sugiere que las prácticas de ornamentación variaban según la edad.

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