Reducir la lista de planes o actividades de turismo, dejar el móvil en casa mientras vamos a la playa o a la piscina, poner el modo avión y no entrar en el email del trabajo para que nuestra mente desconecte del todo son algunos de los consejos para disfrutar de tus vacaciones.

Llega el verano y con él las vacaciones, un periodo destinado a descansar. Sin embargo, a veces resulta difícil desconectar de nuestras responsabilidades y relajarnos por completo, lo que puede hacer que disfrutar al máximo de las vacaciones sea todo un desafío.

Por este motivo, María González, psicóloga del Instituto Centta, ofrece algunas pautas para que este año puedas vivirlas por completo.

1. Priorizar y negociar el destino elegido

En ocasiones, otras variables como la comodidad de lo conocido o las preferencias de otros familiares nos hace ceder y desconectar de cuáles son nuestras necesidades ese año.

La psicóloga explica que en consulta ve como se va posponiendo el deseo de hacer lo que realmente se quiere por variables ajenas a uno mismo y eso siempre termina pasando factura.

Por esta razón, aconseja realizar una lista con las necesidades e ilusiones que tenemos este año unos meses antes, para ayudar a aclararnos y, sobre todo, defender nuestra postura o elección del destino.

2. Minivacaciones durante el año

La experta recomienda desconectar durante la semana e incluso, en nuestro día a día.

Hay que desconectar y dejar espacio para uno mismo, regalarse un masaje, cuidados de belleza, pasear en solitario en la naturaleza e incluso alargar el fin de semana un día o doz alguna vez al mes si es posible.

Cuidarse durante el resto del año provocará que lleguemos menos cansados y ansiosos a las vacaciones y así descansar verdaderamente.

3. Reducir la lista de planes o actividades de turismo.

La terapeuta señala que últimamente ve un aumento en la exigencia a la hora de viajar o visitar un destino, sin querer perdernos nada.

“Queremos las fotos que en algún momento vimos a alguien y proyectamos la felicidad que creemos que sintió al estar en ese lugar, como si nuestra satisfacción no fuera completa si no visitamos todos los lugares populares de un destino”, señala González.

Esta actitud provoca que no escuchemos a nuestro cuerpo y lleguemos agotados al final de las vacaciones y sin sensación de descanso, que es el principal objetivo de las mismas.

La especialista recomienda tener flexibilidad y priorizar como máximo la visita a dos lugares, dejando el resto como opcionales.

“Es importante pasar días de nuestras vacaciones sin ningún plan, simplemente estando, observando y escuchando al cuerpo, sin presiones y sin horarios”, aconseja la psicóloga.

4. Desconexión digital

El móvil y el portátil son aparatos que están presentes en el día a día y que han provocado que las personas se acostumbren a una estimulación continua, a tener siempre que ver las notificaciones, revisar el correo, estar pendiente de los grupos de trabajo, etc.

La experta de Centta explica que esto hace que tanto nuestra mente como nuestro cuerpo vayan más rápido y que perdamos tiempo de calidad en otras tareas o actividades porque se ven interrumpidas por el “revisar” de los portátiles o móviles.

“Las vacaciones son un momento ideal para limitar el consumo de redes sociales, poner el modo avión, dejar el móvil en casa mientras vamos a la playa o a la piscina y, por supuesto, no entrar en el email del trabajo para que nuestra mente desconecte del todo”, recomienda.

González aclara que es normal que al principio podamos sentirnos raros e incluso más nerviosos, pero que con el paso de los días nos sentiremos con una mayor capacidad de concentración y más tranquilos.

5. Descansar entre 24 y 48 horas antes de volver al trabajo

“Las ganas de disfrutar y huir de nuestra rutina nos lleva en ocasiones a extender al máximo las vacaciones, pero es importante tener en cuenta el cansancio del viaje de vuelta y dar un espacio a nuestra mente para volver a habituarse al entorno de nuestro hogar”, indica la especialista.

Por lo tanto, la psicóloga sugiere que volvamos al trabajo con la tranquilidad que hemos logrado en las vacaciones, dándonos un espacio de adaptación, porque si nos incorporamos con muy pocas horas la mente se pondrá en alerta.

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