De media, los conductores dejan el volante a los 75 años y a pesar de que sufren menos siniestros que los jóvenes, son más vulnerables a estos. Para indagar en las causas de estos accidentes, un estudio de la Fundación MAPFRE ha analizado la influencia del deterioro cognitivo en la seguridad vial de este grupo de edad.

La Fundación MAPFRE en colaboración con el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (Barcelona) ha presentado el estudio “El proceso de cese de la conducción en personas mayores”, cuyo objetivo es analizar la seguridad vial de los conductores de más de 65 años e indaga en los tipos de deterioro cognitivo y su relación directa con los siniestros viales.

Según la DGT los mayores de 74 años presentan la tasa más alta de fallecidos viales de entre todos los grupos de edad debido a tres factores:

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  • Mayor fragilidad física
  • Conducen vehículos más antiguos
  • Se suelen desplazar por vías secundarias

El estudio

La Fundación MAPFRE ha planteado esta iniciativa como un estudio transversal que ha recogido datos mediante una encuesta online a un total de 45 participantes, de los cuales 22 son personas que han dejado de conducir (con una media de edad de 75 años) y 23 son familiares de los mismos.

La mayoría de la muestra son pacientes del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, que ha colaborado en el estudio, mientras que el 10 % restante procede de la Fundación MAPFRE.

Los criterios de participación incluyen a las personas mayores de 65 años que han cesado la actividad en los últimos 5 años habiendo sido conductores activos en el último año antes del cese. Para el cuestionario, el estudio ha aplicado varios parámetros que miden el alzhéimer, la demencia y la depresión, entre otros.

El informe realiza una serie de recomendaciones para garantizar la seguridad vial de las personas más mayores.

Deterioro cognitivo

La Organización Mundial de la Salud define la demencia como “un término que engloba varias enfermedades que afectan a la memoria, el pensamiento y la capacidad para realizar actividades cotidianas”.

El deterioro cognitivo puede ir precedido de cambios en el estado de ánimo, el control emocional, el comportamiento o la motivación. Extraviar cosas o tener dificultad para encontrar las palabras son algunos de los signos precoces.

El diagnóstico

El deterioro cognitivo es una condición más difícil de diagnosticar en sus fases iniciales que otras condiciones físicas (como la pérdida de visión), ya que los reconocimientos oficiales de seguridad vial no están diseñados específicamente para detectarlo.

De hecho, la falta de reconocimiento de los primeros síntomas de este deterioro es un fenómeno reconocido como “asognosia“. Además, según un estudio citado por el informe de MAPFRE, la mitad de los pacientes con deterioro cognitivo no dejan de conducir hasta tres años después del diagnóstico.

A la dureza de un diagnóstico de deterioro cognitivo o demencia se suma, en ocasiones, la recomendación u obligación de tener que dejar de conducir. Aun así, el informe precisa que en el caso de un deterioro cognitivo ligero se puede seguir conduciendo, siempre que las funciones clave para la conducción estén preservadas y no afecten a la seguridad vial.

“Las personas mayores con deterioro cognitivo ligero o demencia tienen más riesgo de realizar infracciones de tráfico y de sufrir accidentes y presentan de 2,5 a 8 veces más riesgo que aquellas sin deterioro”, indica la Sociedad Española de Neurología en su Manual de neurología y conducción, citada en el estdfio de la Fundación MAPFRE.

Principales causas del deterioro cognitivo

La enfermedad de Alzheimer representa la principal causa de demencia y en la mayoría de los casos el síntoma inicial y principal es una pérdida de memoria.

Otras causas de demencia son la presencia de cuerpos Lewy, que es considerada la segunda causa más frecuente de demencia donde el déficit cognitivo principal es la dificultad atencional o alteración de las funciones ejecutivas y visuoespaciales.

El deterioro cognitivo también puede aparecer tras un accidente cerebrovascular, una infección, lesiones reiteradas al cerebro o determinadas deficiencias nutricionales.

La actividad física, la participación en actividades e interacciones sociales que estimulen el cerebro y mantengan sus actividades diarias pueden ayudar a las personas con demencia a mantener su calidad de vida y mejorar su bienestar.

Esta condición puede manifestarse de modos muy diferentes, oscilando desde un grado muy leve hasta niveles o totalmente incapacitantes. A menudo es progresivo, si bien en determinados casos se produce una cierta estabilización de su avance.

Un descenso en el nivel de independencia

A pesar de sufrir menos siniestros, casi la mitad de los mayores encuestados que han dejado de conducir siente que ha reducido su nivel de independencia. Por ello, los expertos recomiendan mejorar el conocimiento sobre la relación entre deterioro cognitivo inicial y la seguridad vial y alcanzar un consenso sobre la mejor forma de diagnosticarlo.

“La prioridad es evitar el riesgo de accidentes y garantizar tanto su seguridad como la de otros, sin restringir la conducción innecesariamente dada la importancia que supone en la autonomía y la movilidad de las personas”, refrenda la Sociedad Española de Neurología.

Dejar de conducir puede resultar traumático para muchos mayores sobre todo cuando no existen alternativas de transporte público. Además, la pérdida de autonomía provoca el abandono de algunas de sus actividades habituales y la sensación de inutilidad.

Aun así, cuatro de cada diez encuestados del estudio reconocen que mejora su funcionamiento cognitivo cuando dicen adiós a las llaves.

¿Una decisión forzada?

El estudio reporta datos de entrevistas realizadas a un grupo de casi 50 personas que han experimentado un proceso de cese de la conducción en edad avanzada.

Una de las principales conclusiones señala que el 45 % de ex conductores mayores reconoce haber dejado de conducir de manera sugerida o forzada por las personas de su entorno y no de manera voluntaria. Sin embargo, solo un 23 % dejó de conducir por haber sido diagnosticados de demencia.

Recomendaciones de la Fundación MAPFRE

Los expertos en seguridad vial de la Fundación concluyen el estudio con una propuesta de nuevas herramientas para la renovación del carné (test adaptado) y una serie de recomendaciones para garantizar la seguridad vial de las personas más mayores:

  • Pasar todos los reconocimientos psicofísicos necesarios para la renovación del permiso de conducir y hacer caso a las recomendaciones de los médicos.
  • Viajar acompañado siempre que sea posible.
  • No usar el coche en hora punta, ni en condiciones meteorológicas adversas y horarios nocturnos.
  • Ser consciente de los medicamentos que se están tomando y sus posibles implicaciones en la conducción.
  • Aproximarse con cuidado a las intersecciones, acostumbrándose a mirar dos veces a ambos lados de la carretera antes de proseguir y extremar las precauciones a la hora de girar.
  • Utilizar el transporte público siempre que exista la posibilidad.
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