La adicción al alcohol es un proceso lento, muchas veces invisible, en el que la persona no siempre es consciente de su dependencia. Los expertos advierten sobre el creciente problema del alcoholismo en nuestra sociedad y ofrecen una serie de claves para identificarlo a tiempo.

En el Día Mundial Sin Alcohol, el 15 de noviembre, los profesionales de la Clínica López Ibor, especializada en trastornos emocionales y mentales, destacan que la adicción al alcohol, que muchas veces se confunde con el consumo social, tiene serias implicaciones para la salud física y mental.

Este trastorno afecta especialmente cuando se asocia a la patología dual, donde una adicción como el alcoholismo se combina con otros trastornos mentales.

El doctor Ignacio Basurte, director médico de la Clínica López Ibor, explica que conocer las señales tempranas y las consecuencias de esta enfermedad es fundamental para poder abordarla a tiempo y evitar graves consecuencias para la salud.

En EFEsalud hablamos con Pedro Neira, responsable del Departamento de Psicología de la Clínica López Ibor, sobre los desafíos que enfrentan las personas para reconocer que tienen un problema de alcoholismo.

“Es muy complicado ser capaz de reconocer que tienes un problema como puede ser la adicción al alcohol, porque implica poner un espejo delante de la persona, hacer una autovaloración, autocrítica, que es complicado porque significa atacar un poco a la imagen que tenemos de nosotros mismos”, explica el psicólogo.

10 señales clave

La doctora Marta Soto, especialista en adicciones en la Clínica López Ibor, advierte sobre las diez señales que pueden indicar un problema o adicción con el alcohol:

  • Consumo excesivo y en cualquier ocasión: Beber en cualquier evento o incluso a solas, sin control.
  • Normalizar el alcohol: Justificar que beber cerveza o vino “no cuenta” como consumo.
  • Deseo de beber constantemente: Una necesidad permanente de alcohol.
  • Ausencia de control: Falta de límites al consumir, incluso en momentos inapropiados.
  • Alteración de conducta: Actitudes violentas o agresivas, tanto sobrio como ebrio.
  • Falta de interés por actividades habituales: Abandono de hobbies y proyectos.
  • Ruina social: Pérdida de relaciones significativas por buscar otros bebedores.
  • Síndrome de abstinencia: Ansiedad, fiebre, temblores al dejar de beber.
  • Intentos fallidos de dejar el alcohol: Imposibilidad de mantener la abstinencia.
  • Riesgos laborales y sociales: Falta de control que afecta la vida laboral y personal.

Patología dual

La patología dual es un fenómeno complejo que aparece en el 60 % de las personas con problemas de adicciones, según datos de la clínica.

“En estos casos tratamos tanto la adicción como el trastorno mental de manera simultánea para asegurar una recuperación más efectiva”, indica el doctor Basurte.

Factores de riesgo

Pedro Neira explica que hay factores de riesgo que predisponen a desarrollar una patología dual junto con el alcoholismo.

Indica que influye la genética y determinados rasgos de personalidad como puede ser la impulsividad.

También el contexto puede favorecer el malestar emocional o provocar una desregulación emocional facilitando la aparición de un problema de patología dual.

“Nos hemos encontrado que la desregulación emocional y un ambiente en el que se producen esta tendencia al malestar son más proclives a generar una patología dual. También hay datos que tienen que ver con eventos traumáticos, etc.” explica el experto.

Además, Neira alerta sobre que consumir alcohol en la adolescencia puede influir en el riesgo de desarrollar esta adicción en el futuro.

“Si desde adolescentes estamos consumiendo alcohol y se empieza a aprender y a usar el alcohol como forma de regular el malestar o para generar una sensación de placero y bienestar y nuestro ocio gira en torno a eso, es muy probable que cuando seamos adultos en esas situaciones complicadas recurramos a algo que nos funcionó en el pasado, como puede ser el alcohol”, advierte el psicólogo.

Efectos del alcohol en el cerebro y el cuerpo

El consumo en exceso de alcohol no sólo afecta al comportamiento, sino que impacta gravemente en el cerebro y el cuerpo.

  • En el cerebro: El alcohol altera áreas clave como la corteza orbitofrontal y la ventromedial, afectando la capacidad de inhibición, regulación emocional y toma de decisiones.
  • A largo plazo: Puede ocasionar trastornos de personalidad, demencia y aumenta el riesgo de comportamientos violentos y delictivos.
  • En el cuerpo: En etapas tempranas causa descoordinación y somnolencia, mientras que a largo plazo contribuye a problemas cardiovasculares, disfunciones sexuales y enfermedades mentales.

¿Cómo superar la adicción al alcohol?

El primer paso es reconocer que se tiene un problema y estar dispuesto a buscar ayuda profesional.

Un enfoque integral y personalizado es clave. El programa de la Clínica López Ibor para el tratamiento de adicciones como el alcoholismo se basa en los siguientes pilares:

  • Evaluación y diagnóstico personalizado: Un diagnóstico completo para adaptar el tratamiento.
  • Terapia individualizada: Terapias especializadas para trabajar los patrones de comportamiento y abordar la Patología Dual, si está presente.
  • Apoyo farmacológico: En casos de abstinencia, el soporte médico es fundamental para reducir el riesgo.
  • Terapias grupales y de apoyo mutuo: Sesiones con personas en la misma situación para compartir experiencias y recibir apoyo.
  • Desarrollo de habilidades de afrontamiento: Técnicas para lidiar con el estrés y prevenir recaídas.
  • Planificación y seguimiento a largo plazo: Establecer metas realistas y ofrecer apoyo a largo plazo en su reinserción social.

Una buena evaluación y detección temprana

El psicólogo Pedro Neira hace hincapié en que lo principal es la conciencia de problemas.

Explica que es complicado que uno desarrolle una conciencia del problema si no tiene una evaluación y un diagnóstico de este.

“Si en algún momento yo tengo pistas de que mi entorno me está diciendo que bebo demasiado, mi entorno me está diciendo que me está afectando en otras áreas, en el área laboral, familiar, etc. pueden ser señales del problema. Al final, muchas veces el último que se da cuenta del efecto que tiene el consumo es la propia persona que consume”, alerta el experto.

Neira indica que hacer una buena evaluación con algún profesional y trabajar también no solo en prevención, sino también en la detección temprana del problema hace que este tenga un mejor pronóstico que cuando la detección es más tardía.

“Si uno está teniendo sospechas o está recibiendo información de que a lo mejor no está haciendo un uso adecuado del alcohol que pida ayuda para poder evaluar si realmente es un problema y en qué grado hay que tratarlo”, subraya el especialista.

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